El valor del sufrimiento en la vida cristianaMuestra

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Romanos 8:16-17

Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas. 1 Pedro 2:21

El apóstol Pedro deja en claro que sufrir persecución por ser cristiano es participar de los sufrimientos de Cristo. Es algo que debemos esperar como creyentes. La palabra de Dios deja claro que la vocación cristiana entraña sufrimiento. 

Cristo: modelo de sufrimiento

Cristo mismo representó un modelo de sufrimiento. Y dio ejemplo en ese sentido. Su misión de vida hacía inevitable el sufrimiento. Así fue anunciado desde el Antiguo Testamento. El profeta Isaías describió a Jesús como “un hombre de dolores y familiarizado con el sufrimiento” (Isaías 53: 3).

Jesús es nuestro ejemplo como alguien que soportó un castigo injusto. Cuando le maldecían, Jesús no respondía con maldición, pero en sus sufrimientos, Él se encomendaba al Padre.

Por otra parte, en virtud del sufrimiento que Jesús experimentó, ahora puede comprender a los creyentes. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado (Hebreos 4:15). Él no nos comprende de una forma teórica o académica, sino porque fue probado, experimentó los sufrimientos y aflicciones que nosotros experimentamos.  Él supo lo que fue sufrir hambre, desprecio, persecución, traición, y todo tipo de injusticias. 

El sufrimiento fue un patrón en la vida de Jesús (Filipenses 2: 5-11; Hebreos 2: 9; 1 Pedro 1:11; Hebreos 5:8).

Si sufrimos como cristianos, debemos regocijarnos (1 Pedro 4:16), porque Jesús ya ha sufrido el castigo completo por nuestros pecados (1 Pedro 2:24).