No Le Des Al Enemigo Un Lugar en Tu MesaMuestra

El camino a la victoria

Versículo bíblico:

“Pero gracias a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57 RVA).

Devocional

¿Puedes ver dónde quisieras estar en tu alma? ¿Tienes el control de tus pensamientos, actitudes y acciones? ¿Estás viviendo la vida que Dios ha diseñado para que vivas? Posiblemente el Enemigo te ha convencido que estás atorado. Ha logrado esto asegurando su lugar en tu mesa, pero no tienes por qué permitirle quedarse ni un momento más. A través de Cristo puedes moverte a un lugar de victoria en tu vida.

Esto sucede cuando aprendes a ganar la batalla de tu mente. La victoria se logra examinando cada semilla que se ha regado en tu mente y evitando que echen raíces. Antes de que te pueda librar la verdad, necesitas reconocer las mentiras que te han secuestrado. Pídele al Espíritu Santo que te revele qué mentiras estás creyendo. Si encuentras en tu vida temor, preocupación, sentimientos de confusión o menosprecio, el Enemigo se ha presentado para sembrar una semilla en tus pensamientos. Jesús ya escribió una historia de victoria y Él te ha invitado a vivirla junto con Él. La manera en que entras a esa historia es recordándote a ti mismo la verdad de quien eres en Cristo y la fidelidad que Dios ha demostrado contigo.

¿Crees que puedes vivir en victoria? Si la respuesta es no, el mentiroso está ganando la batalla de tu mente. Está rodeando tu mesa, más cerca que nunca, listo para sentarse. Mantén esto en mente: hay mucho en juego. Esto se trata de tu vida. Afortunadamente, las semillas que el Enemigo riega en tu mente pueden ser removidas inmediatamente. Aún las semillas que han estado ahí durante años también pueden ser removidas. La victoria no es algo que tú logras. Más bien, es el evangelio de Jesucristo—lo que Jesús hace por ti. Jesús ganó la victoria por sí mismo. Dios ya ha preparado el camino. A través de su muerte y resurrección, Jesús ha vencido todos los poderes de las tinieblas y el pecado. Esto significa que los poderes de la oscuridad y el pecado no podrán tener la victoria final en la vida de un creyente. Cuando le perteneces a Jesús, siempre pelearás con el Enemigo desde un lugar de fuerza y victoria.

Nuestra oración es tomar cautivo todo pensamiento y hacerlo obediente a Cristo (ver 2 Corintios 10:5). Estas dos verdades trabajan en conjunto: Cristo hace toda la labor y al mismo tiempo tú necesitas sumarte a esa labor con tus decisiones y oraciones. En Cristo, tú tienes la oportunidad de caminar hacia adelante, peleando con fortaleza. Esa fortaleza viene de Cristo. Sin embargo, necesitas alinearte con Cristo. Nadie más va a tomar cautivo tus pensamientos por ti. Es tiempo de que tú tomes un paso adelante y tomes la responsabilidad para unirte a Cristo en tu destino, tu futuro, y tu victoria.

Decide ahora mismo cambiar la historia de la batalla de tu mente. Puedes hacer esto tomando cautivo todo pensamiento en oración. Identifica todo pensamiento mentiroso en tu mente. Ata ese pensamiento en el nombre de Jesús—átalo. Cambia el curso de tu historia con la Escritura. Conócela. Memorízala. Repite la Escritura en tu mente. Finalmente, entra en ofensiva en tu mente sembrando pensamientos útiles (ver Filipenses 4:8). Tenemos gran esperanza en la victoria por la gracia abundante de Dios.

Responde

¿De qué maneras te ha ayudado el Espíritu Santo rechazar las mentiras del Enemigo y abrazar la verdad de Dios acerca de su poder sobre el pecado?

¿Cómo puede la oración volverse un arma más fuerte en la batalla por tu mente?

¿Qué pasos en la ofensiva puedes tomar para enfocar tu mente en la bondad de la gracia de Dios?