Emociones santas - Respuestas bíblicas para cada desafíoMuestra

Ciertamente no tengo ninguna respuesta mágica para sus emociones desbordantes, pero sí tengo algunas revelaciones de la Palabra de Dios para usted. Si desea poder para vencer y si anhela la habilidad de convertirse en quien Dios lo creó para ser, entonces lo primero que usted pedirá es Su poder. Después de pedir por poder, usted esperará por el poder. Mientras usted esté esperando, se dedicará continuamente a la oración.



La oración me cambia. Soy una mejor persona cuando oro. Mi familia me quiere más cuando oro mientras espero. Cuando oro, tomó decisiones más sabias y son una mejor versión y más amable de mí. Tal vez la razón por la que usted no se gusta a sí mismo durante los momentos de sobrecarga emocional es porque no ha experimentado el poder de la postura de espera. La gente más poderosa que conozco son hombres y mujeres de Dios que aman esperar de rodillas. Arrodillarse no es una posición difícil ni extraña para aquella gente que cambia la historia, porque ellos entienden que las personas que sí oran son los beneficiarios del poder del cielo en sus vidas diarias.



Nunca subestime la importancia del tiempo que usted pasa diariamente de rodillas, el cual seguramente lo capacitará para dominar sus emociones fuera de control. Las emociones son caprichosas, juveniles y a veces violentas, y una de las fuerzas más poderosas para controlar las emociones personales es el tiempo de rodillas. La sanidad que toma lugar en el alma humana mientras el cuerpo está en la posición de oración es eterna y milagrosa. Yo no puedo ser como Jesús sin pasar tiempo en Su presencia de rodillas.



Puedo ‘actuar’ como Jesús sin oración. Puedo ganar un Premio de la Academia por sonreír dulcemente y recitar loas mientras mi corazón está rugiendo y mi mente está vengativa. ¡Aunque sé cómo decir las palabras correctas, usted podría notar el humo que sale de mis orejas perforadas! Jesús no desea que yo simplemente actúe como Él, sino que anhela que yo sea como Él, y ahí hay una marcada diferencia. La diferencia toma lugar cuando yo espero y cuando oro porque es entonces que Él se convierte en el Señor de mis emociones y de los pensamientos de mi vida.