Emociones santas - Respuestas bíblicas para cada desafíoMuestra

Usted solo será la persona que Dios lo creó para ser cuando reciba el poder que Él ha creado para que usted lo tenga. Yo puedo ser una persona tan escandalosamente emocional que todo lo que puedo hacer por mi cuenta es pensar en mí y en cómo me siento. Usted no fue creado para expresar sus incontrolables emociones, ¡sino para dar fruto, para hacer buenas obras, para el reino de Dios y para tener poder!.



Hay dos frases distintivas en la Escritura que estamos leyendo hoy que son transformadoras y que lo guiarán hacia su destino emocional. “Recibiréis poder”, es quizás la más emocionante frase en todo el Nuevo Testamento. ¡Usted recibirá poder! ¡Usted no tiene por qué arrastrarse por la vida con sus propias fuerzas! ¡Usted no tiene que contentarse con desechos emocionales y con cargas generacionales! Usted nunca tendrá autoridad sobre su histeria emocional hasta quereciba el poder del Espíritu Santo.



“Y me seréis testigos” es la segunda promesa motivadora de este bien conocido versículo. ¡Recibir el poder del Espíritu Santo lo capacita para convertirse en quien Dios lo creó para ser! Usted necesita el poder de Dios para transformarse en un testigo de Su naturaleza en este tiempo histórico. ¡Usted recibirá poder empezará a ser!



Nunca se convertirá en todo aquello que Dios quiso que usted sea hasta que reciba Su poder. Jesús sabía que no seríamos capaces de vivir una vida abundante en el planeta Tierra sin el poder del Espíritu Santo y por eso proveyó ese preciso poder. Yo suelo orar así varias veces al día porque soy una mujer sumamente desesperada:



¡Espíritu Santo, lléname con tu poder! Quiero todo lo que tienes para mí, quiero tus dones y tu fruto. Quiero tu poder más que cualquier otra cosa hoy. Si quieres que ore por milagros y sanidad, lo haré, ¡así que cuenta conmigo! Quiero todo lo que tienes para mí. Quiero paciencia y dominio propio además de paz, gozo y amor. Tomaré cada onza de poder que Tú estés dispuesto a poner en mi camino.



¿Y qué hacer después de eso? Bien... Entonces usted hace lo que todo humano emocionalmente recargado odia hacer: esperar.