Foto: Vista del Mar Mediterráneo en “Cesarea Marítima” a través de los ojos de Pedro © Denison Ministries

Recordemos lo extraordinario de Cesarea Marítima

La importancia de Cesarea para el relato bíblico se extiende mucho más allá de los relatos históricos de atención. En muchos aspectos, esta ciudad fue también, el punto de partida de uno de los acontecimientos evangélicos más importantes de las Escrituras.

En Hechos 10, encontramos a Pedro orando en el techo de una casa junto al mar cuando Dios se le aparece en una visión en la que vio una “gran sábana” siendo bajada, similar a un toldo sobre el techo o a las velas de los barcos en el Mediterráneo. Contenía “animales”, “reptiles” y “aves”, la triple división de la vida creada (Génesis 6). Entre ellos había animales inmundos que no rumiaban ni tenían pezuña hendida, pero a pesar de esto, el Señor ordenó a Pedro “mata y come” (Hch 10:13). Como las normas dietéticas eran una de las principales divisiones entre judíos y gentiles, esta visión se relacionaba directamente con el encuentro que pronto se produciría.

Poco antes de que Dios se apareciera a Pedro, otro hombre de la región recibió un mensaje divino de igual
importancia. Cornelio y su familia creyeron en Cristo por medio de la fe (Hechos 10:1-33).

Desde Cornelio y Cesarea, el evangelio se extendió a los gentiles en Antioquía (Hechos 11:19-30) y de ellos al mundo gentil (Hechos 13:1-3). Podemos escudriñar la aceptación gentil en el reino de Dios hasta Cornelio y Cesarea. Allí encontramos nuestras verdaderas raíces espirituales.

Lamentablemente, esas raíces pueden ser fácilmente dadas por seguras.

¿Cuándo fue la última vez que estuvistes agradecido por tu salvación?

¿Cuándo fue la última vez que agradecistes a Dios por haberte acogido en su familia?

¿Parece de sentido común que Dios “no muestra favoritismo, sino que acepta de toda nación al que le teme y hace lo que es correcto”?

No podría haber sido más innovador para Pedro y Cornelio.

Mientras continuamos nuestro viaje por Tierra Santa, ten en cuenta las sorprendentes verdades que pueden parecer ordinarias.

Pídele al Señor que te dé una nueva perspectiva por todo lo que ha hecho para llevarte a este punto en tu relación con Él.

No sé si Pedro pensó en su encuentro con Cornelio cuando escribió esas palabras, pero sí sé que estoy agradecido de que sean ciertas.

¿Lo estás tú?