El Regalo De Dios Para La HumanidadMuestra

“Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios”.          

(Isaías 40:3)

Querido (a) amigo (a), esta semana vino a mi mente un episodio muy particular que sucedió en mi juventud durante mi estadía en París; recuerdo que estaba paseando por las intrincadas callejuelas del barrio latino, cuando de repente la gendarmería empezó a bloquear el paso por ciertas callejuelas y comenzaron a darnos instrucciones de adónde ir, tanto a los transeúntes, cómo a los conductores que apenas podían circular por la cantidad de gente que se aglomeró de repente. “¡No lo puedo negar, al comienzo me dio algo de pánico!”, pero luego me tranquilicé al saber que todo esto que estaba pasando era debido a que estaban bloqueando las calles para que una comitiva de primeros mandatarios de estado que visitaban la zona pudiesen viajar sin obstáculos. ¡Los gendarmes habían preparado un camino! 

En los días del profeta Isaías, si un rey o dignatario iba a visitar a algún otro monarca, el camino debía estar preparado. Esto a menudo significaba reparar los caminos, remover piedras, árboles caídos u otros obstáculos y eliminar todos los desvíos para que no hubiera barreras a la llegada del rey.

Isaías nos dice, que de manera similar tú y yo, estamos llamados a "Preparar el camino para el SEÑOR". En Navidad celebramos la venida del Rey de Reyes y Señor de Señores al mundo, a nuestros hogares y a nuestro corazón, por eso es importante preparar nuestros corazones para su venida, eliminando los obstáculos que se interponen entre nosotros y una relación correcta con Dios.

Querido (a) amigo (a), nada prepara mejor el suelo de la fe que un buen “Autoexamen o examen de conciencia”, que no es otra cosa que pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine y nos muestre qué cosas están generando distancia entre nosotros y Dios. Tal vez, algún pecado no confesado aún, o quizás debido a tantas injusticias vividas en este año, permitiste que en tu corazón se albergara la amargura, el odio o el resentimiento.

Sea cual sea tu situación querido (a) amigo (a), el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza, están tan cerca de ti, como una oración sincera de arrepentimiento, o la firme determinación de perdonar  aquellas personas que de una u otra forma te hicieron daño en este año, con el fin de quitar las barreras y “¡Preparar el camino para nuestro Rey!”.