El Regalo De Dios Para La HumanidadMuestra

 “Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre”.

(Juan 1:14)

Querido amigo (a) ¿Has recibido alguna vez un regalo único? ¿Algo completamente diferente a todo lo que hayas visto o escuchado hasta el momento?

Cuando el apóstol Juan habló de Jesús como el "Unigénito del Padre", en los textos originales en griego refiere a algo "Único en su clase", y esto me parece “¡Maravilloso!” La eterna e invisible palabra de Dios tomó forma visible, la más exacta y tangible muestra del amor de Dios por la humanidad encontró su mayor expresión en la vida humana. 

Y como regalo de Dios para nosotros, Jesús, captura nuestra mirada y toda nuestra atención, Su gloria no es una réplica religiosa, Él es el auténtico unigénito Hijo de Dios quien nos ama. Y esto debe ser así, ya que, si creemos en las buenas nuevas que trae Jesucristo para nosotros, si tendremos esperanza en la posibilidad de redención, el amor debe estar presente.  

Sin embargo, como el Cordero de Dios que murió en la cruz en nombre de la humanidad pecadora, Jesús no es un regalo para esconder o quedárnoslo solo para nosotros. Su encarnación anunció que un nuevo día había llegado para la humanidad, “¡La promesa de la auténtica luz de vida que alumbra a todo hombre por fin había llegado!” Con su encarnación Dios le estaba anunciando al mundo que nos quiere de regreso, incluso más de lo que alguna vez te lo imaginaste. 

Ahora, todo aquel que reconoce su asociación con Él, convencido que Él es su vida original y quien le define, en ellos, Él apoya el hecho de que realmente llegan a ser hijos de Dios.

Es verdad que la navidad es una época de festejos y regalos; me encantaría que también tuvieras presente querido (a) amigo (a) que en navidad celebramos el cumplimiento de una promesa, la del verbo hecho hombre el cual entro a la historia de la humanidad y a nuestra historia y que misteriosamente viene día tras día a estar con nosotros y algún día vendrá en gloria de forma definitiva.

“¡Te animo hoy a decir conmigo!”    

“Gracias Jesús por estar conmigo, para mí y en mí”