La paz y la promesa de la Navidad.Muestra

La historia más grande jamás contada

A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. —Hechos 2:32

Cuando era pequeño, vi la película La historia más grande jamás contada, un relato cinematográfico de la vida de Cristo. La película contaba con un reparto estelar que incluía a Charlton Heston como Juan el Bautista, David McCallum como Judas Iscariote, John Wayne como el centurión junto a la cruz y Max von Sydow como Jesús. El filme era tan elaborado como bíblico. Fue el intento de un cineasta de comunicar esa historia épica.

De importancia monumental, la «más grande historia jamás contada» incluye una cruz. Y aunque no solemos pensarlo de esta manera, el discípulo Pedro fue el primero en contar con claridad esa historia. Frente a la multitud reunida aquel día de Pentecostés, Pedro conocía personalmente el milagro de la nueva vida en Jesús. Lo había experimentado, y no solo al ser transformado de pescador en discípulo. Pedro había vivido el poder transformador del perdón del Mesías al cual había traicionado, pero quien lo había restaurado y comisionado a contar la historia más grande jamás contada (ver Juan 21:15-19).

Ernest Hemingway escribió que toda historia real termina con la muerte… menos la historia de Jesús. Pedro se paró ante la multitud aquel día y proclamó esta buena noticia: «A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos» (Hechos 2:32). 

¡Esta es la historia más grande jamás contada porque su resultado es vida eterna con nuestro Creador!

Jesús, al celebrar la historia de tu nacimiento esta Navidad, ayúdame a considerar cómo puedo compartirla con otros. ¡Muchas gracias por hacerme parte de tu historia!

¿Qué hace que la historia de Jesús se destaque entre todas las demás para ti? ¿Cómo podrías compartir esta historia con otros?