El amor lo hace. Experimenta una vida de amor en acciónMuestra

Jesús y nada más.

Cuando no sé la respuesta sobre donde estoy o qué es lo que Dios quiere que haga, me sucede a menudo, trato de orientarme tomando en cuenta un par de puntos fijos en los que puedo confiar. Uno de ellos es Jesús. Se que suena a una respuestas memorizada en la escuela dominical, lo cual no me agrada, pero es cierto. Me baso en lo que sé sobre Jesús. Pero es un Jesús que no está agobiado por la religión, la denominación o las capas culturales. Miro lo que Él tiene que decir sobre dónde estoy y luego trazo una línea desde Jesús hasta mi.

El otro punto fijo que uso es un grupo de personas que siento que Dios ha puesto en mi vida, algo así como un gabinete. Estas personas tienen un área particular de sabiduría y experiencia y las uso para intercambiar ideas y obtener sus aportes o sugerencias. A su vez, también estoy en los gabinetes de muchos amigos y miembros de la familia. Las personas en mi gabinete me ayudan a hacer un ajuste en las desiciones en mi vida porque tomo nota de sus consejos y luego trazo una línea desde ellos hasta mi.

A partir de estos puntos, las estimaciones son más fáciles de hacer. El lugar donde se cruzan todas estas líneas es seguramente donde Dios quiere que esté. Creo que encauzar una relación con el Dios viviente puede ser así de fácil, y los cálculos también son fáciles. Es Jesús y nada más.

Solía pensar que seguir a Dios requería fórmulas complicadas. Pensé que necesitaba un montón de libros con el fin de poder averiguar dónde me encontraba en cada momento. Pensé que si medía constantemente la distancia entre Dios y yo, me acercaría mas a Él.

Sin embargo, a la hora de la verdad, me di cuenta de que lo que realmente necesitaba saber era la dirección hacia la que yo estaba apuntando y que estuviera en algún lugar dentro del gran círculo del amor y del perdón de Dios.