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Únete a la aventura de Jesús

Jesús no siempre explicó todo con gran detalle. Si alguien en quien confío me dice algo y sé que es para mi beneficio, simplemente lo creo. Acepto la posibilidad de que alguien esté equivocado, sobre todo si considero que pueden tener razón y que mi vida sería mejor si hiciera lo que sugieren. Pero recuerda que soy abogado. Me gano la vida con gente astuta, así que no soy fácil de convencer. He aprendido a agudizar mi intuición cuando alguien me ofrece su opinión. He descubierto que uno de los mejores filtros que puedes usar para confiar en alguien es cuando ese alguien no gana nada con sus consejos.

Esto es lo que quiero decir. Muchas personas tienen perspectivas ligadas a sus intereses. Dicen o hacen una cosa y más tarde te enteras de que en realidad estaban intentando conseguir algo a cambio.

Lo que me gusta de Jesús es que no trató de reclutar a la gente ni usó apariencias. Ni Él ni sus discípulos dijeron jamás que iban a ir a un viaje misionero porque no fue así. Simplemente invitó a todo el mundo y les dijo que podían seguirlo. El no usó palabras ostentosas, o un código cristiano para indicar a la gente que Él estaba en el club, o que quería proteger su reputación. Tampoco habló de todas las cosas que iba a hacer, o del numero de personas con las que tendría que "hacer la oración" para aceptarlo. Él no presentó el plan de Dios como un folleto prometiendo rentabilidad de inversión.

Solo invitó a que la gente se uniera a la aventura. Es casi como si Jesús hubiera dicho, entre otras cosas, que una relación con Él no tiene que entenderse lógicamente ni proporcionar garantías. La fe no es una ecuación, una fórmula, o un acuerdo de negocios que te da lo que quieres. En resumen, no hay nada al otro lado del signo igual, solo Jesús.