Escuchar la voz de Dios. Muestra

Me recuerda sus promesas

El apóstol Pablo continuó haciendo viajes hacia diferentes ciudades para predicar el evangelio de Jesús a la gente, esto lo llevó a tener perseguidores con la finalidad de apresarlo. De hecho, Pablo vivió algunas épocas de su vida en prisión a causa del evangelio.

En una ocasión se encontró en prisión domiciliaria en Roma con un soldado a cargo. Siendo alguien misionero, ¿Te imaginas lo que fue para él estar encerrado dos años en una casa, sin poder viajar a otros lugares? 

Lo increíble es que esta situación no fue impedimento para recibir a la gente que iba a verlo para escuchar lo que él tenía que decir acerca del evangelio, ¡Dios abrió las puertas necesarias para que Pablo extendiera el Reino y el amor de Jesús a los demás! 

Algunas veces podemos estar en alguna prisión domiciliaria en nuestros pensamientos como temores, miedos, vergüenza, indecisiones o bien en otros problemas que sentimos que son mayores que nosotros, pero tenemos la posibilidad de escuchar la voz de Dios durante los tiempos de dificultad.

Esta manera de escuchar su voz es recordar todas las promesas que Él nos ha brindado, a través de nuestras oraciones por medio del Espíritu Santo, en su Palabra o en algún mensaje que transmita su evangelio y a recordar todas las veces que nos anima a confiar en Él, porque sabe que la gente vendrá a nosotros para buscar escuchar las buenas nuevas.

Tip práctico

Te animamos a que hoy leas una promesa de Dios que esté relacionada a la situación que estás viviendo y, cuando venga ese pensamiento de afán o angustia que te hace creer que tu situación es demasiado complicada, recuerdes esa promesa, la repitas y des gracias a Dios porque si lo ha dicho, Él lo hará.