Escuchar la voz de Dios. Muestra

Los frutos del encuentro

Después del encuentro que tuvo con Jesús, Saulo quedó ciego y tuvo que ser discipulado por Ananías, el cual había recibido instrucciones del Señor para ir a su encuentro para que las escamas cayeran de los ojos de Saulo y fuese bautizado después de esto. Se quedó algunos días en Damasco donde comenzó a predicar a Cristo en las sinagogas.

Imagina lo atónitas que estaban las personas que escuchaban a Saulo predicar acerca de Jesús como el hijo de Dios cuando, unos días atrás, él mismo era el que perseguía a aquellos que predicaban su evangelio. Tanto fue el revuelo que causó este acto que los judíos comenzaron a perseguirlo por la fe que ahora predicaba.

Este hecho llevó a Saulo a Jerusalén, donde comenzó a juntarse con los discípulos que le tenían miedo ya que no creían que hubiese tenido un encuentro con Jesús. Bernabé fue quien contó a los apóstoles el encuentro que Saulo tuvo con el Señor y acerca de cómo predicó en Damasco, este acto trajo paz a las iglesias que crecían fortalecidas por el Espíritu Santo.

Una de las maneras en las que podemos oír su voz es a través de escuchar su evangelio siendo predicado a los demás o en una plática entre nuestros amigos o familiares, también lo hacemos cuando entendemos que nuestro propósito es llevar su mensaje a los que lo necesitan para que también escuchen su voz.

Tip práctico: 

Te animo a que hoy decidas compartir tu fe a la gente que está a tu alrededor, y que decidas escuchar mensajes que hablen de Su Palabra para que tu fe sea cada vez más y más grande porque, cuando tenemos un encuentro con Jesús, siempre salimos con algo para dar a los demás.