La Liga de la FeMuestra

HERENCIA ESPIRITUAL

Quiero compartirles algo que noté que me ocurre seguido. Hace un tiempo estuve dándome cuenta que cada noche que me iba a dormir, dejaba unos minutos para hablar con Dios y contarle mis proyectos, mis mayores anhelos y deseos. Cuánto tiempo estuve (pienso hoy en día) hablando con Dios, diciéndole todo aquello que quería que se llevara a cabo en mi vida y en mi vivir diario en los tiempos que yo más quería y más me imaginaba. Pero al leer Hebreos 11:12, logré entender más lo que me estaba ocurriendo.

Al igual que Sara y Abraham yo también me encontraba en oración constante anhelando que pronto fuera contestada. Y al igual que estos superhéroes de la FE yo también quise imponerme ante la voluntad del Padre, y de hecho hasta lo hice. Llevé a cabo acciones por mi propia voluntad, con la excusa de estar “ayudando” a Dios.

Por supuesto que no trajo bendición ni a mi vida, ni a mis proyectos. Tal como Sara y Abraham, comprendí que los tiempos míos no son los mismos que los de Papá. Dios nos conoce tan bien que sabe en qué determinado momento nos dará sus bendiciones y responderá nuestras oraciones.

Somos jóvenes, y pertenecemos a una generación que todo lo conseguimos rápido y fácil, y a veces se nos olvida que tenemos un Padre paciente y pacífico, que todo lo sabe y todo lo ve. Hoy obtenemos todo hasta con un simple “click”, pero son muchas las veces que Dios nos dice “Espera en mí”. Y como jóvenes que somos, solemos creer muchas veces en aquellos pedidos que le entregamos a Dios en oración, que este planeta es nuestro hogar (me incluyo, me ha pasado muchas veces). Planificamos como si fuéramos a vivir aquí eternamente… Pero tengo noticias para ti: ¡Algo mejor nos espera! Hebreos 11:16 nos deja en claro que nuestro Dios nos está preparando un nuevo lugar donde moraremos eternamente.

Por eso quiero invitarte a esperar en Jesús. A seguir firmes en la fe y continuar aprendiendo de grandes superhéroes. Muy pronto, al igual que Sara y Abraham que recibieron aquella promesa de Dios (la herencia y la descendencia), nosotros recibiremos la herencia celestial. Permanezcamos firmes y unidos, tomados de la mano de Jesús.

¡Que esto te fortalezca y motive siempre! ¡Hasta mañana!

Florencia Arias

Ilustración: Oscar Campo