Pasos Firmes, fundamentar nuestra fe sobre la rocMuestra

 Conoce tus garantías absolutas y eternas 

El cristiano debe saber que toda su existencia está en las manos de Dios. Dios no nos creó para abandonarnos a nuestra suerte, sino que ha establecido principios que rigen nuestra vida y de verdades que se aplican también a nosotros. Estas verdades son sus promesas. Para cada situación en la vida, la Palabra de Dios nos da la dirección en la que debemos seguir, y el resultado de seguir o no su consejo. 

El problema es que muchos cristianos ignoran esta realidad, ya sea porque desconocen lo que la Biblia tiene que decir o porque no han captado la dimensión verdadera de lo que estas cosas significan. Sólo ven al cristianismo como la reunión del domingo a la cual van para cumplir y mantener su conciencia tranquila. 

De hecho, en su escala de vida, Dios no ocupa el primer lugar, sino que ha sido relegado a formar parte de una lista de cosas en las cuales, el afán diario define la verdadera prioridad. Ellos no cuentan con Dios, sólo tal vez en algún momento de necesidad. Una vez que su compromiso con las demás cosas compita con las cosas del reino de Dios, éstas irán relegándose. Terminan enfriándose y perdiendo el fervor que una vez tuvieron. Empiezan cediendo en lo bueno, lo cual los lleva a terminar cediendo en lo malo. Pierden su primer amor. Su cristianismo se vuelve superficial. 

Debemos ser conscientes de que, como cristianos, Dios nos ha concedido de garantías eternas  (sus promesas), las cuales, nos hablan de la seguridad que debemos tener siempre en las cosas que Él ha establecido en su Palabra. 

Dios ha dicho que el cielo y la tierra terminarán, pero no sus palabras. Esa es la garantía que debemos mantener en mente. Él nos ha dicho que pongamos todas nuestras cargas en él y que echemos todas nuestras ansiedades sobre Él, porque el realmente cuida de nosotros. Dios nos garantiza la presencia de su Espíritu, para guiarnos y fortalecernos en todo momento. Promete su consuelo, paz y compañía en cada circunstancia de nuestra vida. Y sus garantías van más allá. Gozaremos de comunión eterna con Él y con nuestros hermanos en un reino de paz y armonía, donde no hay más dolor ni sufrimiento, ni aflicción. En su reino, habremos de recibir recompensas por nuestra fidelidad y nuestro trabajo por Él.

¿En qué nivel de prioridad están las cosas de Dios en su vida?

¿Confía de verdad en todo lo que Dios dice en su palabra, o sólo en algunas cosas?