Pasos Firmes, fundamentar nuestra fe sobre la rocMuestra

Mantén la perspectiva en lo eterno 

En nuestro anhelo de fundamentar nuestra fe sobre la roca, hemos de considerar otro punto importante. En el primer punto vimos que debemos tener presente el dolor y el sufrimiento como algo común en la vida del cristiano. Sin embargo, algo debemos tener presente es que ningún sufrimiento terrenal dura para siempre. 

El Señor ha dicho en su palabra que, en su reino, no habrá dolor, ni llanto, ni muerte. También nos ha dicho que estas tribulaciones que viviremos en nuestra vida son momentáneas. Esto nos debe de decir algo importante; es preferible aceptar y soportar el dolor si es necesario, con tal de ser hallado fiel en el reino de Dios y gozar de su presencia eternamente, que abandonar la fe y sufrir pérdidas eternas. Debemos tener en cuenta además que vivimos en un mundo caído y degradado por el pecado, y que difícilmente podremos escapar del sufrimiento incluso si decidimos abandonar la fe. Cristo mismo se aferró a la gloria venidera cuando enfrentaba el sufrimiento en la cruz.

La perspectiva de lo eterno significa que debemos estar conscientes de que estamos cada vez más cerca de encontrarnos con nuestro Señor y que con Él, terminará todo lo malo que conocemos en este momento (la muerte, el dolor, el sufrimiento, la injusticia). Su reino no tiene precedentes ni puntos de comparación. Mientras tanto, debemos aferrarnos a esa esperanza. 

El Señor en su palabra, nos ha dicho que nuestra vida terrenal realmente es muy corta, como la niebla, y está próxima a acabar, pero nuestra vida espiritual no tendrá fin. Cristo asignará recompensas eternas a quienes hayan permanecido y sido fieles hasta el final. Es muy sencillo dejarse envolver por las cosas diarias que nos abruman, en un mundo que corre aceleradamente, en donde el tiempo casi no alcanza. Podemos sentirnos absorbidos por el afán y las preocupaciones.

Por eso, debemos tener en mente que, en realidad, en esta corta vida, las decisiones que tomemos tendrán repercusión en nuestra eternidad. Debemos poner nuestra mirada en las cosas de arriba, hacer nuestro tesoro en el cielo, porque en el reino de Dios, las cosas son infinitamente mejores, y todo esfuerzo en el nombre de Cristo es la mejor inversión. Además, por todo lo que ha hecho por nosotros, le debemos gratitud eterna al Señor.

Piense acerca de lo que tiene más valor para usted. ¿Sigue afanándose más por las cosas de este mundo en lugar de buscar con ansias el reino de Dios?

¿Cómo está su relación con Dios en su lista de prioridades?