Construyendo una fe firme Muestra

Una responsabilidad intransferible

“Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida.” Proverbios 4:23 NTV.

 

¡Diligencia! Esa es la palabra que viene a mi mente cuando leo este versículo, más adelante te contaré por qué. Por lo pronto, al analizarlo, veo que está compuesto de un consejo que nos alerta, seguido de una explicación, un por qué ¿pueden verlo?

La alerta: “sobre todas las cosas cuida”: está escrito de manera que entendamos que es una responsabilidad, que es PERSONAL y MUY importante.

¿Qué cuidamos? ¡Nuestro propio corazón! 

Cuidar implica esfuerzo en proteger, vigilar, atender. 

Es un involucramiento activo que no es transferible. Ciertamente es el Señor Quien nos santifica, pero nosotros, de forma particular, debemos estar dispuestos a resguardar DILIGENTEMENTE la obra que Él ha hecho en nuestras vidas. Nosotros mismos decidimos y actuamos haciendo lo necesario para cuidar nuestra salud espiritual. Todo esto, con el fin de continuar avanzando de gloria en gloria hacia la eternidad. 

Tomar consciencia de ello, es una necesidad. Y me atrevo a decirte que cuando damos el paso de Fe de pararnos firmes para ejercer el llamado de proteger nuestro corazón evitando contaminaciones, disponiéndonos a llenar nuestra mente con la Palabra de Dios, desechando la mentira y abrazando la verdad, ¡experimentamos nuevos niveles de fortaleza que el Espíritu Santo nos provee! 

¡Proteger el corazón es proteger nuestros rumbos! Y la Palabra nos desafía a hacerlo. 

Mantenernos caminando en la voluntad del Señor, abrazados a Él en el transcurrir de nuestra vida, requiere valentía y diligencia. ¡Vamos! Resguarda con celo lo que se te ha dado.