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Mi hijo es diferente: apoyo para los altibajosMuestra

My Child’s Different: Support for the Ups & Downs

DÍA 3 DE 8

Por los próximos cinco días, leeremos sabiduría de los padres que se encuentran en diferentes etapas en el viaje de criar hijos que tienen necesidades adicionales. Mientras lees sus palabras, permite a Dios alentar y fortalecer tu corazón. Tal vez puedas ver un poco de ti mismo en sus palabras. Y con suerte, verás que no te encuentras solo en esta aventura.



El devocional de hoy es de Ashley Armstrong, a quien puedes encontrar animando a su hijo, Finn, mientras saca las ruedas de su silla de ruedas.



El Verano se acerca



¿Te has perdido a ti mismo? ¿Como si te hubieras olvidado de quién eres, de quién Dios te creó para ser? Ciertamente lo he hecho antes. Primero en la universidad, luego de nuevo durante un embarazo muy oscuro con nuestro primer hijo. Espero que encuentres algunas palabras simples de aliento para los tiempos difíciles, y los días oscuros y nublados.



Encontré por primera vez los escritos de Albert Camus en una de mis clases de Literatura de la Universidad. Esta frase en particular habló a aquellos lugares oscuros de mi alma y ha influenciado mi vida desde entonces: “En la profundidad del invierno, finalmente aprendí que dentro de mí yace un verano invencible". En ese momento, me estaba ahogando. Literalmente me había perdido a mí misma.



Era invierno en mi corazón. Mis sueños eran trozos de hielo, colgando, amenazando con caerse. Estaba triste y enojada, luchando con el aguijón del rechazo. Pretendía ser fuerte, pero estaba frágil. Pero Dios me descongeló.



Él dirigió mis ojos hacia otros que estaban sufriendo mucho más profundamente que yo y me recordó quién me había creado para ser. El verano estaba regresando. Incluso me enamoré del hombre con el que me casaría. Varios años después, la alegría llenó nuestras vidas: ¡íbamos a tener un bebé!



Después de algunas complicaciones serias con el embarazo, fuimos a la cita de revelación del género. El técnico del ultrasonido se puso extraño y nos dirigió a otro cuarto donde aprendimos que el cráneo de nuestro hijo (¡es un niño!) medía demasiado. Los especialistas nos dijeron que nuestro hijo tenía la columna dividida, y que muy probablemente nunca caminaría, entre otros incontables contratiempos y discapacidades. Joey y yo estábamos devastados. La mayoría de las noches llorábamos hasta quedarnos dormirnos. Estaba enojada con Dios y resentida con todos mis amigos–e incluso con los extraños—que tenían hijos saludables. Me había olvidado nuevamente de quién era yo.



Todos hemos resistido o estamos resistiendo estos inviernos aparentemente interminables, aquellos que dejan un poco de hielo en nuestros corazones. Has experimentado la pérdida de un ser querido demasiado pronto. Rechazo. Divorcio. Múltiples abortos espontáneos. Infertilidad. Has sentido el aguijón del abuso o la negligencia.



Este dolor nos puede congelar, hacer que nos encerremos lejos del mundo, que nos acurruquemos con una cobija sobre nuestra cabeza, dejando que la tormenta se enfurezca.



Y eso está bien por un tiempo, pero en algún momento, el verano llegará. Es implacable. Invencible.



El invierno intentó congelarme con el temor de no tener lo que se necesitaba para criar a un niño con necesidades especiales importantes. Pero el verano llegó cuando miré a los ojos de mi hijo y vi el amor de Dios y Su fidelidad. Mi hijo trabaja duro. Él confía en sus diferencias y me enseña a disfrutar la fuerza de mi propio cuerpo cada día—y a no darlo por sentado. El amor de las enfermeras, los doctores, los terapistas, los maestros, los amigos y la familia extendida que cuidan a nuestro hijo son rayos del sol de verano, que traen calidez a nuestras vidas.



En tu propia vida, permite a los capullos crecer, a las flores florecer, y eventualmente tendrás que arrancar esos pétalos y compartirlos con otros que todavía están en las sombras del invierno.



A continuación se encuentran algunos consejos prácticos:




  1. Lee la Biblia. Quédate dormido con tu cara en las Escrituras y levántate temprano para más.

  2. Asiste a consejería. No hay ninguna vergüenza en esto.

  3. Haz cosas que te gusten—las cosas que Dios te creó para hacer. Nuestro enemigo espiritual quiere que dejemos de hacer cosas que nos dan alegría.

  4. Ve y anima a alguien que esté sufriendo. Ofrece tu tiempo como voluntario. Involúcrate en tu iglesia y sirve en tu comunidad. Esto te dará una dosis de perspectiva.


Si estás temblando en tu propio invierno oscuro, hay esperanza. Ninguna temporada dura para siempre.



El verano está llegando.



Diario: ¿Estás en invierno o en verano? ¿Qué pasos tomaste o necesitas tomar para encontrar el sol?


Día 2Día 4

Acerca de este Plan

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Queremos agradecer a Life.Church por proveer este Plan. Para mayor información, visita: https://www.life.church/

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