Hagamos lo que Jesús hizoMuestra

Amarse unos a otros como Jesús nos ha amado

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Jesús puso un énfasis extraordinario en el llamado a amarse unos a otros. Primero, aquí está el escenario: La víspera de su muerte. Las últimas palabras son palabras importantes. Entonces él los llama a cumplir un nuevo mandamiento. ¿Nuevo en qué sentido? Nuevo en el llamado al amor como Jesús nos ha amado.

Más adelante, hay un énfasis de repetición: amarnos unos a otros, amar uno a otro y tener amor unos por otros. Tres veces. También, Jesús recuerda a los discípulos de su amor por ellos: «Como yo os he amado». Jesús es su modelo. Como han sido amados, ellos deben amar.

Pero la principal manera en que Jesús enfatiza el amor es cuando dice que el amor es la marca de sus discípulos. No una marca, sino la marca. Esto es así: amarse unos a otros. Nada más, nada menos, nada diferente que amar es la marca distintiva de un discípulo.

Debería ser mucho más fácil si la marca distintiva de los discípulos de Cristo fuera alguna otra cosa: asistir a la iglesia, conocimiento bíblico, memorización de los versículos, dar dinero o servir a los pobres. Cualquiera de esas tareas podría ser más fácil, pero la marca es algo más grande, más profundo y más fuerte.

Amarse unos a otros. Interesarnos en la gente. Interesarnos en los demás tanto que te incomodes a ti mismo por ayudar a otros. Ver a la gente como preciosa, eterna y especialmente creada por Dios. Sé paciente, amable, bondadoso. Perdona, sirve, ora, escucha, llora, ríe.

• Ama a la gente cuando ellos no merecen ser amados.


• Ama a la gente cuando ellos no son recíprocos en el amor.


• Ama a la gente cuando ellos no pueden amarte recíprocamente.


• Amar a la gente con todo tu corazón y con toda tu alma. Por encima de todo, amarse unos a otros. No hay otra marca para un discípulo.