[Serie Dichosos los que sufren] Aceptación y paz Muestra

…en ti está la fuente de vida

El pueblo de Dios tuvo que recorrer un largo camino desde la salida de Egipto hasta la Tierra Prometida. Salieron de la tierra de esclavitud, para entrar en la tierra que Dios les había prometido, una tierra en donde fluían leche y miel. Muchos años más tarde, una vez que el pueblo de Dios se estableció en Canaán, los filisteos comenzaron a atacar a Israel. Dios levantó a un profeta llamado Samuel que fue grandemente usado por Dios para llevar al pueblo de Israel hacia su destino de libertad de la opresión de los filisteos y de tantos otros enemigos. 

En una ocasión, luego de haber vencido a los filisteos gracias a la intervención divina, en un acto de agradecimiento y reconocimiento por la maravillosa victoria concedida, Samuel tomó una piedra y la colocó en un lugar significativo al cual llamó Eben-ezer, que significa, hasta aquí nos ha ayudado el Señor.

Me imagino que si miras hacia atrás, y observas por todo lo que has pasado hasta hoy, al igual que Samuel puedes decir ¡hasta aquí me ha ayudado el Señor! Él ha sido tu refugio y pronto auxilio en los momentos de dificultad. Sin importar cuánto tiempo haya pasado desde el comienzo del duelo de tu ser querido, sabemos que la vida sigue adelante y que hay un futuro de esperanza en Cristo que te espera. 

«Dichosos los que sufren, porque serán consolados». Este ha sido nuestro objetivo a través de estos devocionales, darte ese consuelo que estás necesitando a través de la Palabra de Dios. Su Palabra infunde aliento y nos ayuda a pasar por la adversidad con una mirada diferente y al mismo tiempo, a extender nuestra mano y ayudar a aquellos que están pasando por el duelo de un ser querido. 

Es posible que tu experiencia pueda servir para consolar y ayudar a otros que quizá estén pasando por lo mismo que tú ya has o estás superando. Deja que la compasión de Dios gobierne tu corazón, guíe tus pensamientos y te dé paz. 

Reflexiona: ¿Puedo compartir mi experiencia y brindar ayuda a quienes están pasando por pruebas y dificultades similares a las que estoy superando de la mano de Jesús? ¿En qué estoy invirtiendo la mayor parte de mi tiempo? ¿Cómo describiría mi vida hoy?

Palabra de fe para hoy: En la lectura de hoy, el escritor inspirado por Dios se deleita en el amor de Dios. Reconoce que al estar bajo las alas de protección del cielo está satisfecho, se siente espiritualmente lleno. ¿Por qué? Porque ha hallado en Cristo, la fuente de la vida, Dios ha iluminado su camino y puede ver la luz. 

En los momentos de dificultad es cuando más nos aferramos al único que puede brindarnos la protección, el amor y la satisfacción que nada ni nadie en este mundo nos puede dar. Tenemos la seguridad de saber que podemos proclamar, ¡hasta aquí nos ha ayudado el Señor! 

Hoy, te invito a que la compasión por aquellos que están buscando a Dios en medio de dificultades toque tu corazón. Qué Dios te mueva a compartir el agua de la fuente de vida que ha puesto en ti y que tu testimonio pueda ser luz en medio de la oscuridad. 

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