[Serie Hechos] Los milagros sucedenMuestra

Nada ni nadie puede luchar contra Dios 

Pastor Benildo Morataya

El fanatismo religioso entorpece el entendimiento y hace que los hombres se conviertan en instrumentos de Satanás con la intención de detener la obra de Dios. Cuando los apóstoles Pedro y Juan recibían amenazas de muerte de parte del sanedrín (algo parecido a la actual Corte Suprema), Dios levantó a un hombre con cabeza fría llamado Gamaliel que los hizo detener su furia. Su argumento fue un llamado a revisar su historia enfocándose en dos acontecimientos anteriores: el de Teudas y de Judas, el galileo. En ambos levantamientos sus líderes fueron muertos y sus causas fracasaron. 

¿Cuál es la diferencia ahora? Jesús, de quien Pedro y Juan predican, también murió, pero su causa tiene más fuerza porque resucitó. Lo humano perece, pero lo que es de Dios permanece. Si la obra y la causa son de Dios, nadie podrá contra ella. Varios puntos son destacables en este proceso:

Primero: No hay autoridad humana que pueda detener la obra de Dios. La parte de los creyentes debe ser firme en la fe y disposición para ser portadores del poder y el amor de Dios, aun en medio de las amenazas. 

Segundo: El poder que tiene uno (una persona). Cuando ese «uno» es de buen testimonio y teme a Dios verdaderamente, su influencia siempre va a hacer que la balanza se incline a la verdad. Gamaliel fue el «uno», temeroso de Dios, que logró con su intervención aplacar la furia de setenta fanáticos religiosos que conformaban el tribunal, incluyendo al sumo sacerdote. 

Tercero: La autoridad suprema sobre toda autoridad humana es Jesús. Debemos ser respetuosos de las autoridades terrenales, pero la obediencia al llamado y mandato de Jesús debe prevalecer en la vida del creyente.

Responde

Dios siempre se servirá de personas que quieran hacer su voluntad, independientemente de la intención de otros que tengan el corazón cerrado para entender su propósito. ¿Eres una de esas personas? Pedro y Juan eligieron obedecer a Dios por encima de cualquier presión, amenaza o maltrato, porque sabían que su poder estaba de su lado. De la misma manera nosotros debemos confiar que, en el momento que aparezca la oposición por proclamar el mensaje del evangelio que trae perdón, salvación, sanidad y restauración de los pecadores y necesitados, el Señor mandará su ayuda de la forma menos esperada. ¿El fanatismo religioso entorpece tu entendimiento como pasó con los del sanedrín?