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El Credo de los Apóstoles: SalvaciónMuestra

El Credo de los Apóstoles: Salvación

DÍA 7 DE 14

Condiciones para el perdón: Salmo 103:8-13


La Escritura habla de dos condiciones primarias de perdón. Primero, habla de la fe en Dios como prerrequisito del perdón. En la Escritura, la fe es un concepto multifacético. Pero en este contexto, cuando hablamos de la fe en Dios nosotros tenemos en mente:


El reconocimiento de la soberanía divina de Dios, la sumisión leal a Él, y la confianza en que Él nos mostrara su misericordia por causa de nuestro redentor Jesucristo.


A pesar de que puede sonar extraño para los oídos modernos, la Escritura muchas veces se refiere a este tipo de fe como el “temor de Dios”. Por ejemplo, el Salmo 103:8-13 describe la naturaleza condicional del perdón de esta forma:


Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades … Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen. (Salmo 103:8-13)

Notemos que es aquellos que temen al Señor los que reciben su perdón, cuyas transgresiones son removidas.


Esta misma idea se encuentra a través de toda la Biblia. Por ejemplo, la hallamos en 2 de Crónicas 30:18-19, el Señor dijo que perdona a la gente que prepara su corazón para buscarlo a Él. En Marcos 4:12, Jesús indicó que sólo aquellos que perciben y entienden al Señor pueden ir a Él para el perdón. Y en Hechos 26:17-18, el perdón sólo se puede tener por aquellos cuyos ojos han sido abiertos a la verdad de la gloria y el poder del Señor.


La segunda condición ordinaria del perdón hallada en la Escritura es el quebrantamiento. El quebrantamiento es:


Una pena genuina sobre el pecado; un verdadero lamento por violar la ley de Dios.


No es simplemente el lamento por haber sido descubierto o castigado, sino el estar de acuerdo en que los requerimientos del Señor son santos, y estar quebrantado por haber fallado en honrarlo.


En términos de contrición, fuimos hechos, todos nosotros, a sentir la culpa de nuestro pecado. Pienso en David después de haber pecado con Betsabé. Sí, había pecado contra Betsabé, y contra el esposo de Betsabé. Había pecado contra la iglesia del Antiguo Testamento, pero ultimadamente contra Dios, contra Ti he pecado y he hecho lo malo delante de Tus ojos. Y se siente algo de contrición en su corazón. El término moderno creo que es quebrantamiento, y nosotros necesitamos la palabra, por el Espíritu, para que nos quebrante, nos quebrante en la presencia de Dios.

                                                                                           Dr. Derek W. H. Thomas

  

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