La evidente manifestación de Cristo, Parte 3Muestra

Los hijos tenemos permanente acceso al amor de Dios

En la operación de Cristo en la Tierra, que es a través de su Iglesia, vemos que debemos ser renovados continuamente y evaluar las intenciones del corazón, para que podamos realizar igual y aún cosas mayores a las que Él hizo. El problema de la Iglesia no es de santidad ni legalidad, sino de todo aquello que no hemos renovado en Cristo y ha sido llevado a la cruz. Jesús pasó por tentaciones y toda la problemática que tuvo y aún no pudo hacer milagros en su propia tierra, en la crucifixión fue burlado, escupido, perseguido, calumniado y golpeado hasta la muerte, sin embargo jamás sus intenciones del corazón fueron transformadas por el sistema del mundo, por tal motivo se compadece de las personas.

¿Los hijos de Dios tenemos acceso a su amor? Sí, ¿cada cuánto? Siempre. ¿Por qué tiene acceso a ese amor de Dios? Porque quedó dentro de usted, por eso cuando nos movemos jamás nos salimos del amor de Dios, porque se expresa en Cristo, y Él vive dentro de nosotros. En la carta a los romanos, Pablo responde a la pregunta: ¿Qué nos podrá separar del amor de Dios? Nada. ¿Por qué no? Porque esto quedó dentro de nosotros, en la persona del Hijo, el amor fue incrustado y jamás se va a salir el amor de Dios de nosotros. Quien no tiene a Cristo, ¿cuándo tendrá acceso al amor de Dios? Todos son amados por Dios, pero ¿cuándo tienen acceso a esa manifestación del amor? Tienen acceso en el momento que creen, pero si aún no lo hacen, ¿a través de quién pueden experimentar el amor de Dios en la Tierra? Cuando aquellos que portan el amor de Dios se lo dan. Muchos no conocen el amor de Dios, porque aquellos que están predestinados a manifestarlo, no lo hacen.

Usted está en la presencia, la presencia está en usted, pero aquel que no tiene a Cristo no tiene la presencia. Dios está en todo lado, la presencia de paternidad misma, la ternura de Él, solamente se verá cuando un hijo la manifieste. Los que no son hijos aún, solamente tienen acceso a ese amor cuando los abrazan y Cristo a través de nosotros, la Iglesia, se manifiesta. Él siempre tuvo y tiene un corazón amoroso, Cristo ama al mundo a través de nosotros, somos el vehículo para que ellos puedan experimentar el amor. Al pensar solo en nosotros, Cristo no se va a formar. Cuando alguien vive en el elitismo o en una burbuja donde no se acuerda de aquello que fue librado, no va a fluir ese amor.