Antiguo y NuevoMuestra

Antes, eran menores de edad A la mayoría de los padres no es necesario decirles que los niños se tratan de manera diferente en las distintas etapas de la vida. A los niños se les niegan las libertades y los privilegios de los adultos para darles la oportunidad de madurar. Los padres controlan la dieta de los hijos, la hora de dormir y el acceso a los autos y al alcohol. Todo eso ocurre no por falta de amor a los niños, sino precisamente porque los padres los aman mucho. Los niños pequeños aprenden respeto, paciencia, sabiduría, autocontrol y consideración por los demás cuando se ven obligados a vivir bajo las reglas de sus padres. La clave para entender la diferencia entre el Antiguo Pacto y el Nuevo es entender que Dios dispuso tratar al pueblo de antes de la época de Cristo como a niños menores. No es que la gente hoy en día haya evolucionado y sea más inteligente y más responsable; es que la rebelión pecaminosa del pueblo contra Dios le hizo perder la comprensión de Dios y sus caminos. Dios decidió reconstruir esa comprensión lentamente, envolviendo su evangelio de misericordia en un contexto de leyes y normas. San Pablo les escribió a personas que estaban acostumbradas a la experiencia de la ley: “Pero antes que llegara la fe, estábamos confinados bajo la Ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la Ley ha sido nuestro guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe” (Gálatas 3:23,24). Lo que esto significa para hoy es que tenemos que abrirnos paso cuidadosamente a través de las palabras de Dios en el Antiguo Testamento. Parte de lo que está escrito allí era para creyentes que eran considerados menores de edad. Ahora usted es mayor.Antes, eran menores de edad A la mayoría de los padres no es necesario decirles que los niños se tratan de manera diferente en las distintas etapas de la vida. A los niños se les niegan las libertades y los privilegios de los adultos para darles la oportunidad de madurar. Los padres controlan la dieta de los hijos, la hora de dormir y el acceso a los autos y al alcohol. Todo eso ocurre no por falta de amor a los niños, sino precisamente porque los padres los aman mucho. Los niños pequeños aprenden respeto, paciencia, sabiduría, autocontrol y consideración por los demás cuando se ven obligados a vivir bajo las reglas de sus padres. La clave para entender la diferencia entre el Antiguo Pacto y el Nuevo es entender que Dios dispuso tratar al pueblo de antes de la época de Cristo como a niños menores. No es que la gente hoy en día haya evolucionado y sea más inteligente y más responsable; es que la rebelión pecaminosa del pueblo contra Dios le hizo perder la comprensión de Dios y sus caminos. Dios decidió reconstruir esa comprensión lentamente, envolviendo su evangelio de misericordia en un contexto de leyes y normas. San Pablo les escribió a personas que estaban acostumbradas a la experiencia de la ley: “Pero antes que llegara la fe, estábamos confinados bajo la Ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la Ley ha sido nuestro guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe” (Gálatas 3:23,24). Lo que esto significa para hoy es que tenemos que abrirnos paso cuidadosamente a través de las palabras de Dios en el Antiguo Testamento. Parte de lo que está escrito allí era para creyentes que eran considerados menores de edad. Ahora usted es mayor.