Citas en la Edad ModernaMuestra

Principios de las citas (Parte 2)

En la lectura de ayer, terminamos con el principio de autonomía en las citas, en salir solo con otro creyente en Cristo. Cuando sigues ese principio, ambos estarán operando bajo las mismas “reglas” cuando se trata de seguir a Dios. Esto lleva al siguiente principio: pureza sexual

La pureza sexual es un principio que se ha perdido en los tiempos modernos. Pero es importante porque el sexo implica mucho más que solo contacto físico. Un vínculo emocional mucho más profundo se produce cuando dos se unen. Tu cónyuge está destinado a ser tu mejor amigo, pero si introduces la sexualidad en una relación demasiado rápido, distorsiona tu capacidad para evaluar si esta persona es un buen amigo o no. Te hace permanecer más tiempo en relaciones en las que no deberías estar y hace que las rupturas sean mucho más dolorosas.

Esto lleva al siguiente principio: trata a la persona con la que estás saliendo como a un hijo de Dios. Quién eres informa lo que haces. Entonces, cuando estás en una cita, necesitas ver a la persona que está frente a ti, y él o ella necesita verte a ti, como un hijo adoptivo de Dios. ¿Cómo tratas a un hijo del Rey del cielo? Con cortesía, cortesía, respeto y amabilidad. Quiere que el efecto neto de su presencia en cualquier relación sea el de mejorar a la persona. Quieres animar a la persona a confiar y amar más a Dios como resultado de tu presencia en su vida.

Tu objetivo debe ser bendecir, no simplemente impresionar. Así que ve a cenar, conoce a la persona, haz las cosas que te gusten. No estás tratando de ganártelo, sino simplemente evaluando si los dos encajais. Escucha atentamente, haz buenas preguntas y comparte tus pensamientos con honestidad. Cumplido. Alentar. Y di lo que piensas con sinceridad y amabilidad. No te estreses demasiado por tratar de impresionar. Las citas son para evaluar y bendecir. Eso es todo.

Esto nos lleva al siguiente principio: permite que personas en las que confías participen en tu conversación sobre citas. Los sentimientos románticos son embriagadores y distorsionan, por lo que hacer que las voces adecuadas hablen en el proceso puede evitar que gastes demasiado tiempo con la persona equivocada. Selecciona amigos que amen a Dios, te amen y que no tengan miedo de decirte exactamente lo que piensan. Pídeles que hablen sobre el proceso desde el principio y con frecuencia. Rodéate de consejos piadosos.

El principio final de las citas es ser paciente. Deja que la relación crezca a su propio ritmo. No te apresures a ponerte un anillo, espera y observa el carácter de la otra persona. Es evidente que algunas personas no serán aptas para las citas desde el principio. Otros pueden parecer agradables al principio, pero con el tiempo comenzarás a cuestionar partes de su carácter. Mira lo suficiente para ver cómo reaccionan cuando las cosas no salen como quieren. Date el espacio para verlos en cada temporada.

¿Encontrarás a una persona que encaje perfectamente? No lo sé. Pero sí sé que Dios te ha dado sabiduría y a Él mismo en quien apoyarte mientras viajas por la vida. Oro para que tus esperanzas en esta temporada de citas se fijen en el Rey, no en un príncipe o una princesa. Oro para que camines con él, creyendo que se ocupará de tus necesidades y, si es su voluntad, te llevará a la persona adecuada en su buen momento.

Responde

¿Por qué es importante la pureza sexual en el proceso de las citas? ¿Cómo puede la moderación antes del matrimonio ayudarte a construir una relación que se mantendrá una vez casado?

¿Qué dice sobre tu carácter la forma en que tratas a la persona con la que sales? ¿Por qué es importante tratar a la otra persona como un hijo amado de Dios?

¿Quién puede decirle la verdad a tu vida cuando sales? ¿Qué tan abierto está a la opinión de esa persona?

¿Cuándo te ha resultado difícil ser paciente en las relaciones? ¿Qué cosas solo puedes aprender sobre alguien durante temporadas?