Su Gran Sacrificio, Nuestra Gran ComisiónMuestra

Extracto: La semilla indestructible de Bob Hoskins

Carl Sagan, el conocido astrónomo y científico humanista, a menudo expresó su admiración por los "billones y miles de millones" de estrellas en el espacio. Y, sin embargo, Sagan negó que haya un Dios. La inmensidad de la creación de Dios no lo conmovió.



Trágicamente, los cristianos somos, en muchos sentidos, como el científico ateo. Estamos asombrados por los números, los miles de millones y miles de millones de almas perdidas, pero no estamos motivados a actuar.



¿Y cuál es nuestra excusa?



Algunos dicen que el problema es demasiado grande, que hay demasiada gente, que nunca podremos llegar a todos. Pero decir esas cosas es negar el poder de Dios y negar la realidad de lo que hemos visto realizado a través de la Palabra de Dios.



Hemos visto a la Palabra de Dios hacer retroceder la marea del hambre... del uso de drogas... de la ideología marxista... de la guerra. Hemos visto las Escrituras rejuvenecer el espíritu decaído del refugiado errante y empoderar a la Iglesia clandestina que lucha.



Sabemos, de primera mano, que no hay mayor poder en la tierra que el poder de la Palabra de Dios.