Indescriptible: Un viaje de 7 días sobre Dios y la cienciaMuestra

LOS SONIDOS DEL SILENCIO

¿Sabías que puedes estar al lado de alguien en el espacio, gritando con todas tus fuerzas y esa persona no podría oír nada? No es por los cascos espaciales, es porque las voces viajan como ondas de sonido, y las ondas de sonido necesitan algo sobre lo cual viajar—como la atmósfera de la Tierra. Como en el espacio no hay atmósfera, las ondas de sonido no tienen dónde viajar, así que los astronautas se hablan entre sí usando un tipo diferente de onda: ondas de radio, las cuales no necesitan atmósferas que las lleven.

Pero Dios no necesita ondas de sonido, ni siquiera ondas de radio para escucharnos, eso es porque nuestras oraciones llevan nuestras voces a Dios. Así que si el Dios que creó el universo entero está listo para escuchar lo que sea que tienes que decirle—¿por qué no oramos más?

Por lo menos, una parte de la respuesta es que nos distraemos y ocupamos. El ajetreo de la escuela, la iglesia, los deportes, la familia, los amigos, y un montón de otras cosas se atraviesan en el camino. Además están los mensajes de textos, videojuegos, programas de televisión, películas y trabajo en la computadora. En promedio, pasamos ocho horas viendo algún tipo de pantalla como la de un televisor, una computadora o un teléfono—¡eso es casi sesenta minutos a la semana!

Inténtalo hoy. Busca un lugar especial en el que puedas estar a solas con Dios, en una casa del árbol, un rincón en tu cuarto o incluso en un baño de burbujas. Aquiétate, habla con Dios y escúchale contestarte. Y recuerda, usualmente Dios habla con una vocecita quieta—así que asegúrate de escuchar atentamente.

¡Asómbrate!

Orar es tan importante, que Jesús—el Hijo de Dios mismo—tomó tiempo para orar. Revisa algunas de las formas como Jesús oró en Lucas 5;16; 6:12; y Mateo 14:23.

Oración

Dios, gracias por querer pasar tiempo conmigo. Gracias por siempre escucharme y contestar mis oraciones.