Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

El Peligro: Un camino

Cuando muere una persona, los afligidos familiares quieren creer de todos modos que su ser amado está disfrutando de la vida en el cielo. Incluso los peores impíos rufianes y matones tienen familiares que construyen escenarios encantadores del paraíso con el que se consuelan; en su opinión, al final todo el mundo tiene un pedazo de pastel en el cielo, pero se equivocan.

Otros tienen gran deseo de tener una mente abierta y no chauvinista respecto de las cosas espirituales. En su opinión, todos los campanarios (y los minaretes) apuntan hacia el cielo; todos los caminos son igualmente buenos. En su opinión, todas las religiones y todas las filosofías pueden ser “verdaderas” para los que las creen; pero se equivocan.

Y hay otros que creen que si llevan una vida moralmente buena, es decir, si son más o menos tan buenos como cualquiera otra persona del vecindario, harán méritos para una recompensa en el cielo. Ellos también se equivocan.

Esta es la verdad: “En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Ese nombre es Jesucristo; hay solo un camino, y él es el camino. Todas las personas que hay en su vida necesitan saber esta verdad, dígala.El Peligro: Un camino

Cuando muere una persona, los afligidos familiares quieren creer de todos modos que su ser amado está disfrutando de la vida en el cielo. Incluso los peores impíos rufianes y matones tienen familiares que construyen escenarios encantadores del paraíso con el que se consuelan; en su opinión, al final todo el mundo tiene un pedazo de pastel en el cielo, pero se equivocan.

Otros tienen gran deseo de tener una mente abierta y no chauvinista respecto de las cosas espirituales. En su opinión, todos los campanarios (y los minaretes) apuntan hacia el cielo; todos los caminos son igualmente buenos. En su opinión, todas las religiones y todas las filosofías pueden ser “verdaderas” para los que las creen; pero se equivocan.

Y hay otros que creen que si llevan una vida moralmente buena, es decir, si son más o menos tan buenos como cualquiera otra persona del vecindario, harán méritos para una recompensa en el cielo. Ellos también se equivocan.

Esta es la verdad: “En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Ese nombre es Jesucristo; hay solo un camino, y él es el camino. Todas las personas que hay en su vida necesitan saber esta verdad, dígala.