Devocional de lucha para hombresMuestra

Las reglas se hicieron para romperse

Incluso antes de que Sansón naciera, sus padres lo dedicaron al Señor, con algo llamado "voto Nazareno". La versión corta de lo que esto significa es que, a lo largo de su vida, Sansón tenía que seguir tres simples reglas:

Muy sencillo, ¿cierto? Pero sabes lo que dicen los hombres como Sansón: "Las reglas se hicieron para romperse".

Hoy en Jueces 14, leeremos cómo Sansón uso por primera vez la fuerza que le dio Dios para hacer algo grande. Pero eso no fue suficiente para él. Cuando regresó más tarde, ignoró una de estas simples reglas, y tocó algo muerto. Pero más que eso, ¡hundió completamente sus manos en aquello! ¿Por qué, Sansón, por qué? Por un par de puñados de miel. (Sí, sí lo leíste bien). Aún para los estándares en los tiempos del Antiguo Testamento, lo que hizo Sansón, ¡fue desagradable!

¿Estúpido? Sí. Así como tú y yo. Antes de que juzguemos a Sansón con dureza, seamos honestos. Incluso cuando creemos que Dios nos ha bendecido, podemos volvernos en contra de él en un instante. Piensa en cómo se ve esto en tu vida. ¿Qué es lo que causa en nosotros el escoger nuestro propio camino, sobre lo que decimos que creemos que es lo mejor de Dios para nosotros? En mi experiencia, nueve ocasiones de diez, es porque vemos algo que queremos y luego, se convierte en todo lo que podemos pensar.

La lujuria nos hace pensar, lo quiero.

El derecho es esa vocecita que dice "lo quiero" y agrega "…y me lo merezco":

Trabajo duro. He ganado algo extra.

He gastado mucho dinero en este lugar a lo largo de los años. Merezco una retribución.

No estoy satisfaciendo mis necesidades en casa. Y en algunas veces un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer.

Cuando comenzamos a escuchar a ese susurro de derecho—Necesito esto. Me lo he ganado. Necesito esto—estamos simplemente justificando nuestra lujuria, en lugar de dirigir nuestros corazones hacia lo que sabemos que Dios quiere.