Triunfando en las PruebasMuestra

Elegidos para Cristo

Lectura: 1 Pedro 2:4-10

EOAO: 1 Pedro 2:9

Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

En el texto

No eres lo que el mundo dice que eres. Eres lo que Dios dice que eres. En un mundo que trata de etiquetarnos y definirnos, la Palabra de Dios dice la profunda verdad de nuestra identidad. Según 1 Pedro 2:9, eres elegido, real, santo y Suyo.

El propósito de tu vida es declarar al mundo lo que Cristo ha hecho por ti y por ellos (Mateo 28:19-20) - cómo una vez estuviste en tinieblas, y ahora vives en Su luz maravillosa. Eres como un anuncio viviente del amor de Dios. A medida que creces en tu fe y vives la Palabra de Dios en tu vida, muestras las virtudes de vivir para Dios y las bendiciones que vienen de seguir a Jesús.

Tu valor no está en lo que haces o en lo que tienes, sino en quién eres (Efesios 2:10). Tu relación con Cristo es más importante que cualquier título que tengas. Mientras que los títulos, muchas veces, se nos dan a través de logros, ser parte del "pueblo escogido", "real sacerdocio" y "nación santa" de Dios se nos da a través de la gracia. Somos responsables de representar a Cristo ante el mundo, en unidad (Efesios 4:3).

Debemos darnos cuenta de que "pueblo escogido", "sacerdocio real", "nación santa" y "pueblo Suyo" muestran unidad, una sola familia. Como cristianos, pertenecemos a una familia, un cuerpo de Cristo (Romanos 12:4-5). Cada uno de nosotros es único, pero encajamos armoniosamente como miembros del cuerpo de Cristo. Cuando uno de nosotros sufre, todos sentimos el dolor (1 Corintios 12:12-26). Cuando estamos unidos en armonía, nuestras vidas componen un magnífico canto de alabanza, como un coro bellamente arreglado.

Cuando servimos, cantamos y vivimos no para nosotros mismos, sino para Cristo, proclamamos Sus virtudes en voz alta y clara. Así pues, canta tu parte con valentía, querido hermano. Vive tus días como hijo amado, elegido y atesorado por Dios. El mundo necesita oír la hermosa canción de tu vida vivida en alabanza.

Oración

Querido Señor Jesús, gracias por declararme elegido, real y santo. Ayúdame a vivir en unidad y armonía con mis hermanos y a proclamar con valentía Tu gracia y amor al mundo a través de mi vida. Amén.