Himno de GraciaMuestra

¿Dónde está Dios cuando la vida se vuelve difícil?

Si alguna vez te lo has preguntado, no estás solo. Yo me he hecho la misma pregunta, al igual que casi todos los seres humanos. Cuando tu vida se derrumba (cuando parece que te enfrentas a obstáculos a diestra y siniestra), nuestra reacción instintiva es clamar: “¿Dónde estás, Dios?”.

Y la respuesta que llega es una de las mejores cosas que jamás oirás.

Romanos 8:38-39 dice:

“Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”.

Basándonos en este pasaje, ¿dónde está Dios cuando la vida se vuelve difícil? ¿Dónde está cuando tus amigos te abandonan, cuando tu familia se desmorona, o cuando tus sueños colapsan?

La Biblia dice que Dios está ahí contigo en tu dolor, amándote en todo momento.

Tal vez estés pensando: “Eso es genial... pero entonces, ¿por qué no hace desaparecer mi dolor?”.

Buena pregunta. Es otra interrogante que mucha gente se ha planteado. Como el Apóstol Pablo, quien escribió el pasaje anterior.

En unos cuantos años, Pablo enfrentó más dolor y dificultades de lo que muchos enfrentan en toda su vida. Fue golpeado, burlado, naufragó y fue encarcelado. Perdió amigos que murieron, se enfrentó a la soledad y luchó contra la depresión. Finalmente, Pablo fue asesinado por seguir a Jesús.

En un punto, Pablo estaba pasando por un momento particularmente difícil. No sabemos lo que era, pero él lo describió como una espina en su carne. Tal vez era una enfermedad, algo mental o un dolor crónico. Fuera lo que fuera, no podía librarse de ello y suplicó a Dios que se lo quitara.

Dios le respondió...

“Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9).

¿Qué quiere decir Dios con eso? ¿No le importa que Pablo esté sufriendo?

Claro que le importa. Igual que le importa el dolor en tu vida. Nunca olvides que Jesús era un hombre “habituado al dolor”, como dice Isaías 53:3. Él conoce el sufrimiento. Él nos comprende. Él te ama.

Pero lo que tú y yo más necesitamos (y lo que este mundo más necesita) no es un cambio en las circunstancias, sino una transformación del corazón.

Eso es lo que hace Jesús cuando entra en tu vida. Esa es la esperanza que Él muestra en tu vida cuando te acompaña a través del dolor en lugar de librarte de él.

Él dice: “Te voy a ver pasar por esto. Te voy a moldear a través de esto. Voy a usarte para mostrar mi gracia a un mundo que me necesita más que a nada”.

Así que, sea cual sea la dificultad, el dolor o la herida que estés enfrentando hoy, encuentra paz en la promesa de Dios de que Él nunca te dejará, de que nada puede separarte de Su amor en Jesús, y de que Su gracia es todo lo que necesitas. Entonces podrás cantar con confianza...

En los peligros o aflicción
Que yo he tenido aquí
Su gracia siempre me libró
Y me guiará feliz

Bendiciones,

—Nick Hall