Devocional Para La Quinceañera CristianaMuestra

Pon tus ojos en Jesús.

Muchos jóvenes sobre todo a tu edad dicen: "Estoy muy joven para seguir al Señor, quiero vivir mi vida y luego más grande lo buscaré". Sin embargo, esta ha sido una de las mentiras más grandes y antiguas que ha hecho que miles de jóvenes se desvíen y al llegar a adultos su corazón esté endurecido y en dirección opuesta a Dios.

En una ocasión nos relata Marcos 10:17-22 que vino un joven al encuentro de Jesús y este le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?". Y Jesús le dijo: "Tú conoces los mandamientos: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre". Este joven muy optimista le respondió que todo esto lo había guardado desde su juventud. Entonces Jesús le dijo: "Una cosa te falta, anda, vende todo lo que tienes, ven y sígueme". Pero este joven al oír la respuesta de Jesús le abandonó y se fue triste porque tenía muchas posesiones.

El joven de esta historia tenía muchas posesiones las cuales no estuvo dispuesto a renunciar por seguir a Jesús. Podrías pensar: "Bueno, esto no se aplica a mí vida, no tengo tantas posesiones". Sin embargo, la Biblia nos enseña que la riqueza y las posesiones de una persona no se limitan únicamente a lo material, sino que abarcan todo aquello que se valora como invaluable.

En la juventud, es tentador dejarse llevar por el poder efímero de la belleza, la popularidad, el carisma y el sentido de identidad y éxito que ofrecen las vanidades de esta etapa de la vida. Muchos han caído en estas ilusiones. Incluso aquellos que desean seguir a Dios en su juventud pueden verse tentados a abandonarlo debido al costo percibido de renunciar a lo que consideran las riquezas de la juventud y la vitalidad.

La etapa que estás atravesando en tu vida es una de las más hermosas, pero también una llena de espejismo y distracciones que tiene la capacidad de desviarte del camino de seguir al Señor. ¡Sé firme, no te lo permitas!

El hombre más sabio del mundo lo dijo así: "No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador, hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: «La vida ya no es agradable»" (Eclesiastés 12:1).

Nunca es muy temprano para seguir al Señor: Abraza a Jesús, atesóralo, ama su Palabra, medita en ella, y mantén tus ojos y confianza puesta siempre en Él, a pesar de lo que en estos años de juventud se vengan.