Deja Que Dios Sacie Tu SedMuestra

Ferviente y constante sed

Isaías 58:11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

A veces tenemos miedo a seguir nuestros sueños, pero la Palabra de Dios nos dice en 2 Crónicas 15:7: “Manténganse firme y no bajen la guardia”.

Es posible que lleguemos a mitad de camino entre el desánimo, el cansancio y el deseo de parar mientras caminamos hacia nuestros objetivos. Pero debemos preguntarnos, ¿cuál es el verdadero objetivo de tu caminar? ¿Por qué te esfuerzas tanto y a mitad de camino te sientes cansado? Debemos identificar nuestras necesidades y prioridades, así como las cosas que realmente sacian nuestra sed. Puede que estemos buscando una variedad de cosas para satisfacer tus deseos, lo que te agota y te desanima.

El deseo de obtener cosas materiales nos puede llevar a olvidar lo que en realidad nos satisface (Jesús) y nos ayuda a seguir luchando por nuestros objetivos y sueños bajo la voluntad de Dios. De acuerdo con lo que se dice en Deuteronomio 8:11-5, Él es el único que puede revitalizar nuestra energía y nos proporcionará los medios para seguir adelante. "Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, decretos y estatutos que te ordeno hoy". Recuerda que solo Dios puede hacernos sentir satisfechos, pero todo depende de nuestras necesidades y de su voluntad.

No podemos permitir que los miedos y las distracciones de este mundo paralicen lo que Dios ha depositado en nosotros, que es su promesa que nos llena y nos alimenta para dardos fuerza que cuando el camino se vea largo y desolado podemos continuar porque tenemos en nuestro corazón un oasis que corre por nuestras venas (Espíritu Santo). Las cosas que realmente valen la pena en la vida no son fáciles de lograr, pero si tienes la ayuda de Dios, podrás hacerlo.

Hoy, Señor Padre amado, declaro que deseo un mayor nivel de hambre y sed de Dios que se despierte en nuestro espíritu y se derrame en nuestras vidas y en la iglesia, así como en la vida de cada uno de tus hijos que sean alcanzado un nivel sobre natural. Padre, que no es simplemente conformidad, sino una sed ferviente y constante de ti.