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Restaurando La Relación Con DiosMuestra

Restaurando La Relación Con Dios

DÍA 4 DE 5

3er Punto

LÍMPIAME

En el Salmo 51:6-9 nos enseña acerca de la confesión y el clamar a Dios por su limpieza.

David le dijo purifícame con hisopo, lávame, devuélveme mi gozo y alegría.

¿Qué es gozo y qué es alegría?

La alegría, se dice, es una emoción que depende de lo que “sucede”. El gozo, en contraste, se supone que es perdurable, brotando de lo más profundo de nuestra alma y que no se ve afectado por las circunstancias que nos rodean.

Cuando nos alejamos de Dios por causa del pecado, nuestro espíritu se duele, se entristece y el dolor nos agobia.

Aquí te muestro algunos ejemplos de lo que pasaron algunos personajes de lo que nos habla la Biblia de lo que pecaron y estuvieron lejos de Dios.

Pedro, cuando lo negó por 3era vez se acordó de las palabras de Jesús y eso le pesó tanto en el corazón; el pueblo de Israel cuando escuchó lo que Dios dijo de él, que era un pueblo terco y duro de corazón se entristeció, cuando David pecó adulterando le dolió en el corazón. En estos ejemplos que le fallaron a Dios, a todos les dolió encontrarse lejos de la presencia de Dios. Ellos habían caminado con Él, habían visto el poder, la gloria, bondad y el favor de Dios en sus vidas pero cuando pecaron ellos pedían volver a sentir esa misma presencia, ese amor, ese gozo, esa libertad que ya no la sentían por causa del pecado.

Clama por tu limpieza, clama por tu purificación, clama como dice el Salmo 42:1: ¡Así como el ciervo jadea anhelando el agua, te anhelo yo, Dios!

En Oseas 11:1-10 describe el amor de Dios por Su pueblo, el amor que el tiene por ti y por mí. En estos versículos podemos ver de forma mas lírica ese amor, aunque Israel siempre le fallaba a Dios, siempre se volvía a su pecado, Dios no dejaba de amarle y como le amaba tenía que disciplinarle.

Yo tengo a mis dos hijos y cuando me toca corregirlos realmente duele en el corazón hacer eso, pero siempre les digo que porque los amo debo corregirlos para que ellos aprendan lo que no deben hacer.

Así es Dios, dice en Hebreos 12:1-8 nos habla de la disciplina nos anima a mantenernos firmes mientras somos corregidos por Dios, también nos recuerda Su gran amor por nosotros.

»¿Cómo podré abandonarte, mi Efraín? ¿Cómo podré dejarte ir? ¿Cómo podré desampararte como lo hice con Admá y Zeboyín? ¡Me duele el corazón por ti y no puedo contener todo el amor que te tengo! ¡Me duele tanto tener que castigarte! No dejaré que mi cólera se desate contra Efraín y lo destruya, pues yo soy Dios y no un hombre. Yo soy el Santo que vivo entre ustedes, y no he venido para destruirte» (Oseas 11:8-94to).


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