¡HA NACIDO!

Dios elige entrar al mundo de una manera inesperada, no en un palacio lujoso, sino en un lugar simple y humilde. Esta elección envía un mensaje profundo: Dios está cerca de los humildes y los quebrantados de corazón. El nacimiento de Jesús en un establo y un pesebre es un acto que lo embellece todo, sí, por inexplicable que parezca nos muestra la accesibilidad de la gracia divina para todos, un favor divino que no es para unos cuantos, desde los pastores hasta María y José. Es un recordatorio de que, en la humildad, encontramos la gloria de Dios. es bueno saber que Dios no tiene favoritos.

Como alguna vez dijo C.S. Lewis: «Hubo una vez en el mundo un pesebre, y en ese pesebre, algo más grande que el mundo».

¡Nos ha nacido un Salvador!