Cuando pierdes la esperanza

Cuando Israel envió espías para inspeccionar la tierra prometida, vuelven 10 de ellos con un mal reporte y supieron que los habitantes de Canaán eran gigantes, así que el pueblo lloró a gritos toda la noche y dijeron que preferían haber muerto en Egipto o morir en el desierto, y finalmente allí murieron sin entrar en la tierra que Dios les había prometido, pues perdieron la esperanza. ¡Nunca permitas que te roben la esperanza!

Lo mismo les sucedió a los amigos de David cuando vieron a Siclag destruida, los enemigos se habían llevado a sus mujeres, a sus hijos y todas sus riquezas, por lo cual, lloraron toda la noche, pues perdieron la esperanza. A diferencia de ellos, David tenía una luz de esperanza y le pide al Sacerdote que consulte al Señor, y Dios le dice que los sigan porque recuperarán todo. Y tal como el Señor les dijo, sucedió, recuperaron todo y trajeron un gran botín de sus enemigos.

¡Si pierdes la esperanza, puedes morir en el desierto!