Alguien con esperanza… ¡No se rinde!

Job es un gran ejemplo de lo que es tener esperanza. Job fue atacado directamente por Satanás, sin saberlo. En un solo día perdió todas sus riquezas y estamos hablando que en aquel entonces era el hombre más rico en oriente; además de esto, perdió a sus hijos, pues todos murieron.

Al otro día, le viene una enfermedad de la cabeza a los pies, al punto que le tocaba dormir entre cenizas y gritar de dolor, era tan espantoso que sus amigos al verlo gritaban aterrados y su propia esposa le dijo: “Maldice a Dios, y muérete” (Job 2:9).

Al encontrarse en ese estado, Job lloró, se quejó, maldijo el día de su nacimiento, pero en medio de su dolor hizo una gran declaración: “Aunque él me matare, en él esperaré” (Job 13:15).

Cuando alguien tiene esperanza ¡No se rinde! Por eso, sea lo que sea que estés viviendo no pierdas la esperanza, porque con solo un poco de ella, tú al igual que Job, no te vas a rendir.

Martin Luther King decía: “Si puedo ayudar a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano”.

¡Lo peor que le puede pasar a una persona es perder la esperanza!