El poder de conocer la Palabra

¿Crees que puedes hablar con autoridad sobre alguien, aun cuando nunca la has conocido ni tratado en persona?

Cuando basamos nuestra opinión en comentarios de terceros o rumores de otros, entonces no tenemos una experiencia de primera mano con respecto a alguien. En la vida cristiana sucede de igual manera, porque no podemos hablar de Dios si no lo conocemos a través de la Biblia.

Si tenemos una estrecha relación con la Palabra de Dios, tenemos la autoridad para hablar sobre Él porque lo conocemos de cerca. Esto no significa que debemos ser eruditos en la Biblia, sino estudiarla y tenerla en cuenta como nuestra primera fuente al momento de compartir de Jesús.

«No importa cuántas teorías, conocimientos o pruebas tengamos en nuestras palabras, nada tiene el poder de evangelizar el corazón del hombre más que la Palabra de Dios en nuestras bocas» (Sebastian Franz).

Convencer vs. Compartir

Algunos hemos entendido que evangelizar significa convencer a las personas. Pero no es nuestra labor. La Biblia dice:

«En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene» (Juan 16:7-8).

El Espíritu Santo —el Abogado Defensor— es quien tiene la labor de convencer a las personas de que necesitan a un Salvador. Nuestra tarea solo es compartir a otros que Jesús puede perdonarles y darles salvación.

Predicar vs. Dar testimonio

Hay una creencia errónea que hace que muchos piensen que se puede ser un cristiano mimo y predicar en silencio. Dicen que sus acciones hablan más fuerte que sus palabras y creen que siendo buenas personas evangelizarán a las personas de su entorno. Pero no podrían estar más equivocados.

«Nadie va a conocer a Cristo y conocer lo que Jesús hizo en la cruz por esa persona, simplemente porque seamos buenas personas» (Sebastian Franz).

Cuando somos buenos cristianos, damos un buen testimonio. Cuando hablamos de Cristo, estamos predicando. Nuestra labor es dar un buen testimonio y predicar. Siendo creyentes ejemplares atraeremos la atención de las personas, pero hablando de Jesús es que estaremos cumpliendo con la gran comisión.