Recuerda Y No Te OlvidesMuestra

Trae a tu memoria la obra de Dios

Hay ocasiones en las que sentimos que los caminos se han cerrado, que no hay respuestas y que estamos muy lejos de ver la salida. Aunque esto es cierto no lo es menos el que éstas son realmente percepciones humanas y que si las seguimos mirando con nuestros ojos, estaremos reforzándolas en nuestras mentes.

No obstante, esto no es lo que quiere nuestro amado Padre celestial. Porque pensar de esa manera es sacarle a Él de la ecuación. Es juzgar las cosas como si el poder de Dios hubiese disminuido o como si su interés en obrar para nuestro bien se hubiese desvanecido. Y nada más lejos de la verdad.

Recordemos que Dios abre el mar, que cambia el desierto en manantiales de aguas, que rodea nuestras vidas como un escudo, que nos hace andar sobre las aguas. Cuando hacemos que nuestra mirada se vuelva a Dios en lugar de detenernos en lo imposible, lo difícil, lo inalcanzable, nuestra alma se renueva otra vez en la esperanza.

Cuando Jesús le dijo a Marta: “No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios” (Jn. 11:40), lo dijo cuando ella tenía ante sus ojos el sepulcro de su hermano muerto. Con su expresión Jesús le dio un giro a la mirada de esta mujer cuyo corazón estaba quebrantado, hacia el poder de Dios. Entonces, ella calló y contempló uno de los milagros más impresionantes realizados por Jesús.

Hoy te invito a que traigas a tu memoria las maravillosas intervenciones de Dios registradas en su Palabra. Es importante y necesario que saquemos nuestra mirada de lo imposible para ponerla en Aquel para quien todas las cosas son posibles.

Cuando a Jairo le dijeron que su hija había muerto y su alma se quebrantó por lo terrible de aquella noticia, Jesús le hizo volver su rostro a Él y le dijo: “No temas, cree solamente” (Mr. 5:36). Y eso es lo que nos dice a nosotros. Son palabras para levantarnos, para que no dudemos, para que sigamos esperando en Él, para que esperemos el milagro.

Como cristianos que amamos al Señor, conscientes de su gracia y de su inmensa misericordia para con nosotros, tenemos que estar claros que, a pesar de nuestras debilidades, dudas y temores, su presencia siempre está con nosotros. Su poder, su amor, su buena voluntad para con nosotros nos ayuda a creer que Él está obrando y que su brazo sigue activo a nuestro favor.

Esta es una verdad que no cambia, su fidelidad es permanente y nos recuerda constantemente. “He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?” (Jer. 32:27). Esta es una verdad que deberíamos recordar continuamente, una verdad que no debemos olvidar.