Rut Y Noemí, Una Historia De RedenciónMuestra

En la Biblia, la frase “pariente cercano” se traduce de la palabra hebrea goel, que también se puede traducir como “Pariente-redentor”. En el Antiguo Testamento había una ley que decía que cuando un esposo moría, su hermano podía casarse con la viuda y podían tener hijos para continuar con el apellido. Así era como Dios preservaba la descendencia entre las familias de su pueblo elegido. Ese “Pariente cercano”, o Goel, tenía el derecho de comprar la propiedad del difunto y cuidar de su familia, legado y nombre. En este sentido Booz era el goel de Noemí y su nuera Ruth, es decir él era el pariente redentor.

Nuestra historia bíblica por la misericordia de Dios tiene un final feliz, Booz se casa con Rut, rescatándola de la difícil situación de su viudez y proporcionando descendencia al linaje de Elimelec y de Noemí.

Nuestra historia comenzó con dos viudas pobres, migrantes, sin hogar, desesperadas y enfrentando solas el mundo. Al final, vemos que Dios siempre estuvo presente dirigiendo de forma silenciosa, pero compasiva los pasos de estas mujeres hacia la redención.

Lo interesante, es descubrir que por encima de la adversidad o las circunstancias devastadoras que en oportunidades nos vemos obligados a enfrentar, la intervención soberana de Dios siempre triunfa. El adagio popular de no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista tiene su equivalente en el texto bíblico de (1 Cor. 10:13) que cita: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida".

Y esto lo vemos claramente en la vida de Rut y de Noemí, fue Dios quien se aseguró de que Rut fuera parte de la comunidad israelita y parte de su gran plan de Salvador para el pueblo. Lo cual indica que a medida que las personas migran alrededor del mundo, Dios también tiene un plan para cada uno de ellos a medida que se van estableciendo en los lugares donde por gracia, Dios les permite establecerse.

Queridos, solo Dios tiene el poder para redimir nuestras desgracias, fue Dios quien corrigió todo lo que estaba mal en Noemí. Al comienzo de nuestra historia Noemí se lamentó por su situación, ella dijo que la mano de Dios estaba contra ella. Pero al final se da cuenta que era todo lo contrario, Dios estaba para ella. Fue Dios quien la bendijo con la lealtad y fidelidad de Rut, fue Dios quien le dio de comer al regresar a Belén, fue Dios quien permitió que el pariente redentor fuera Booz y no otro. Y fue Dios que permitió que su linaje permaneciera.

Pero lo más maravilloso es darnos cuenta de que Rut, una forastera, una moabita inmigrante, una extranjera, desempeñara un rol tan crucial en la comunidad del pacto del pueblo de Dios; pues esta mujer contribuyó al linaje terrenal de nuestro señor Jesucristo. El hijo que Rut tuvo con Booz fue el abuelo del Rey David, y al seguir su línea de descendencia vemos que esta llega hasta Jesús, el Cristo. Lo cual indicaba que la redención o inclusión de Rut en la comunidad del pacto, como extranjera o gentil formaba parte del proyecto de redención de Dios para con el mundo entero.

Pues el Evangelio nos permite entender que al igual que Rut, no hay nada que tú y yo podamos hacer para que Dios nos ame más de lo que ya nos ama en Cristo. Por tanto, todos sin importar nuestra condición, nuestras desgracias, nuestra abundancia o nuestra escasez podemos venir a Cristo, creyendo de corazón que Él es el único que puede salvarnos de una vida sin sentido y sin propósito. Pero sobre todo, Él es el único que puede darnos vida eterna.

Como enseñanza final, la historia de Rut y de Noemí nos permite también entender que todas las cosas buenas que llegan a nuestra vida provienen de Dios, tal como lo asegura (Santiago Cap. 1:17), y todas las cosas, “malas” que enfrentamos, si amamos a Dios, Él tiene el poder y la autoridad para transformarlas en algo que obre para nuestro bien, tal como lo asegura (Romanos 8:28).

Lo cual nos permite tener la certeza de que podemos seguir avanzando con la esperanza de que Dios puede hacer que todo obre para nuestro bien y aún Él puede hacer nuevas todas las cosas.

Querido amigo, espero que este plan devocional haya sido de bendición para tu vida como lo ha sido también para la mía.

Estás en nuestras oraciones y deseamos de todo corazón, que Dios siga bendiciendo tu vida.

¡Hasta una próxima oportunidad!

Con amor en cristo,

Pr.Juan Carlos Calle y equipo Conectar Global

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