5 Oraciones de HumildadMuestra

Oración 5: “Señor, dame un corazón quebrantado y contrito”.

El Salmo 51 es mi salmo favorito para leer cuando sé que he pecado contra Dios.

Sin duda, nunca quiero pecar. Pero como la mayoría de nosotros, a veces peco de todos modos. Como siempre le pido a Dios que me mantenga en línea, entonces la convicción de su palabra se revela de inmediato cuando peco contra Él.

Cuando peco, a veces tengo un corazón verdaderamente arrepentido desde el principio.

En esos casos, me arrepiento inmediatamente y arreglo las cosas con Dios. Esos días son fáciles, porque Él nos perdona cuando confesamos nuestros pecados. (Ver 1 Juan 1:9.)

Pero otros días, necesito que el Señor cambie mi corazón. Podría estar tan enojado por algo que no me arrepiento de mi comportamiento. En esos momentos, le pido al Señor que cambie mi corazón y me arrepienta verdaderamente de mi pecado.

Cada uno de nosotros necesita orar por un corazón quebrantado y contrito cada día.

Tener un corazón quebrantado y contrito solo significa que tu corazón estará siempre sensible hacia Dios. No significa que te quedarás sentado y deprimido, "muriendo con el corazón quebrantado".

Más bien, significa que alcanzarás y permanecerás en un estado de continuo amor hacia Jesús. En ese estado de pasión hacia nuestro Salvador, siempre reconocerás tu dependencia de Él. Ese corazón sensible hacia Jesús produce una intimidad con Él que te llenará de un gozo indescriptible y lleno de gloria.

Así que ora esto hoy:

"¡Señor, dame un corazón quebrantado y contrito que no despreciarás!"

Haz esa oración diariamente y continúa buscando al Señor mientras la haces. Solo Él es capaz de cambiar tu corazón y hacerte verdaderamente humilde ante Él. A medida que Él camina contigo en tu caminar hacia la humildad, te recompensará grandemente y su gracia se manifestará poderosamente en tu vida.

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