¡Alegría a su mundo! Cuenta regresiva para NavidadMuestra

¡Es Navidad!

Vamos a un viaje a Belén observando detenida y placenteramente la historia de Navidad que se encuentra en la Biblia. Este relato histórico del nacimiento de Jesús no comenzó en Belén, ni siquiera en Nazaret... sino que comenzó con una pareja de ancianos que conocía el cumplimiento de una vida bien vivida para Dios.

La Biblia describe a Elisabet y a Zacarías en una forma muy hermosa: “Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor” (Lucas 1:6).

Elisabet y Zacarías llevaban casados muchos años y aún no tenían bebés. El dolor debe haber sido desgarrador para este sacerdote y su esposa, pero la Biblia registra que ellos caminaban sin tacha en todos los aspectos de su relación con el Señor.

¿Cómo responde usted ante la decepción? ¿La usa como una excusa para una indulgencia excesiva o enojo y queja? Aunque Elisabet y Zacarías tenían los brazos vacíos y esperanzas frustradas, ellos continuaron sirviendo a Dios con todo el corazón mientras los años iban pasando.

¡La Biblia dice que la oración del justo puede mucho (Santiago 5:16)! Cuando continuas viviendo una vida justa... y continuas orando... tus oraciones harán el trabajo.

La Biblia dice que el justo por la fe vivirá (Habacuc 2:4). Elisabet y Zacarías continuaron caminando por fe y no por vista.

El nombre de Elisabet significa "Dios es mi promesa". Elisabet creyó las promesas de Dios mucho después de que otros se hubieran rendido por frustración. Ella creyó que Dios estaba escuchando sus oraciones mientras sus amigos arrullaban a sus propios bebés y luego años después mecían a sus nietos para dormir.

Espero que la primera lección que aprenda en la historia de Navidad sea esperar con paciencia en Dios. Confíe en Dios aun cuando sus circunstancias sean difíciles. Continúe viviendo una vida recta a través de los días de decepción. Ore fervientemente y crea que Dios está oyendo sus oraciones. Continúe adoptando una actitud positiva de corazón cuando no obtenga lo que quiere.

Permita que el encanto de Elisabet le recuerde que los verdaderos creyentes caminan por fe y no por vista.