Casados no CazadosMuestra

El casamiento es una institución que Dios ha creado. No la creó el hombre y la ley, la creó el creador de todas las cosas.

No es raro que, al ser así, sea blanco por parte de satanás de todo tipo de ataque. Hoy día el matrimonio y la familia son una de las instituciones más atacadas por el enemigo ya que del matrimonio se desprende la familia, base de toda iglesia, sociedad y nación. Si el enemigo logra destruirlo, destruirá la Iglesia.

Cómo cristianos debemos saber y ser conscientes de la importancia del matrimonio y la familia, Dios tiene en alta estima al matrimonio ya que como hemos mencionado de él dependen las iglesias fuertes y consolidadas. Este es el orden, no resulta primero Iglesias fuertes para tener matrimonios fuerte y familias fuertes. Todo se desprende de tener matrimonios fuertes para poder ministrar otros matrimonios y así lograr tener uniones matrimoniales y familias llenas del Señor, lo que impactará también en la Iglesia.

Dios tiene un propósito con cada matrimonio y es que cada día puedan glorificarlo a Él.

DEJANDO ATRÁS PARA IR HACIA ADELANTE

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne (Génesis 2:24).

En este primer día del devocional trataremos lo que implica dejar, tratando dos puntos fundamentales a la hora de iniciar la relación matrimonial.

Dejar la casa de los padres y dejar las mochilas que traemos de la crianza con nuestros padres.

Hoy día los matrimonios transitan muchos problemas a causa de no comprender algo básico que fue mencionado en el Edén luego que Dios formó a Eva de las costilla de Adán.

Dejar a su padre y a su madre hoy día es difícil para algunos matrimonios o hasta imposible. Hombres que no han cortado el cordón con su madre, hijas que no han cortado la dependencia de su padre o bien con su madre y esto se traduce en intromisiones lo que provoca malestar y desacuerdos sobre todo en la toma de decisiones por parte del matrimonio.

En muchos matrimonios la persona más importante para el esposo no es su esposa sino su madre, o para la esposa la persona más importante para ella no es su esposo sino su madre o su padre.

El no cortar el cordón con los padres ocasiona problemas e inclusive daños a tu cónyuge ya que a la hora de tomar decisiones la persona con la cual se deba contar y considerar no será el esposo o la esposa sino los padres. Lo cual produce un desorden dentro de la unión matrimonial y los conflictos no se han de esperar en estos casos.

Debemos tener las cosas claras, dejar al padre y a la madre no será deshonrarlos o amarlos menos. El lugar como madre o como padre lo siguen ocupando solo que ahora el lugar más importante después de Jesús para el esposo es la esposa y para la esposa es el esposo, ya no es mamá o papá.

Debemos tener en claro este orden para no tener posteriores problemas.

Si te has casado has comenzado a escribir tu propia historia, tú, tu pareja y Cristo. Poner límites es sano y edificante a las intromisiones que no deben de suceder.

¿Puede haber consejos?

Por supuesto que sí pero siempre y cuando estos hayan sido solicitados. Los padres deben también ocupar el lugar que les corresponde, si esto no ocurre es probable que el matrimonio se transforme en multitud y no en un pacto de a dos, por eso hablábamos de límites.

Esto es parte de lo que dice la Palabra de Dios: dejar a su padre y a su madre. Es algo que debemos de realizar ya que cuando nos casamos se forma una nueva familia, los demás pasan a ser nuestros familiares a los cuales amamos y honramos, solo que la persona más importante después de Jesús para nosotros es nuestra pareja.

REFLEXION SOBRE ABRAHAM

Abraham cuando no se llamaba de tal forma sino Abram recibió una promesa de parte de Dios.

Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición (Génesis 12:1-2).

El caso de Abram muestra lo que Dios dice en su Palabra haciendo referencia sobre dejar a su padre y a su madre. Jehová no le dio una orden distinta a aquella que analizábamos en el principio de este día, dejaras a tu padre y a tu madre. Dios quería formar una nueva nación siendo Abram el padre de naciones pero el debía no solo irse de casa de su padre sino también de su tierra y su parentela.

EL CASO REBECA

Abraham antes de morir le hizo una encargo a uno de sus siervos, le solicito que vaya a la tierra de sus padres y tome mujer para su hijo Isaac.

Cuando el criado fue llevando camellos y llegó al lado de un pozo de agua le pidió a Dios diciendo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua. Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor. Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro sobre su hombro. Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía (Génesis 24:12-16).

De esta manera el criado de Abraham recibió confirmación de parte de Dios, Rebeca era quien sería mujer de Isaac.

Rebeca dejó la casa de sus padres ya que le preguntaron si quería irse y ella aceptó por lo cual dejando su casa emprendió viaje con el fin que el propósito de Dios sea cumplido en ella.

APLICACIÓN EN NUESTRA VIDA

Dejar la casa de los padres es necesario para poder comenzar a escribir nuestra propia historia. Así como Abram tomo la decisión de dejar la casa de sus padres y su parentela nosotros debemos de dar ese paso si queremos formar nuestra propia familia. Dios no le exigió a Abram dejar la casa de sus padres para ver qué acontecía sino que le dio la seguridad de lo que iba a hacer con su vida. Dios le dijo: Haré de ti una nación grande. Dios proveyó todo lo que necesitó a Abram y la misma Palabra de Dios dice que su fe le ha sido contada por justicia.

Dios tiene un propósito con cada persona, así como con Abram y Rebeca. Si hoy debes dejar la casa de tus padres para formar un matrimonio donde el Señor sea la base y roca de esa casa será para bendición y para que el Señor cumpla su propósito con esta nueva unión matrimonial.

DEJANDO LAS MOCHILAS

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar (Mateo 11:28).

Cuando contraemos matrimonio se produce una unión donde Dios nos ve como una persona. Cada uno sin perder su identidad pasa a estar unido al otro como una sola carne.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne (Génesis 2:24).

Aún así cada uno viene con un chip de su crianza, algunos llegan con una mochila llena de recuerdos, caprichos consentidos, traumas y cosas que hacen que la mochila sea más bien un bolso bomba, que puede detonar una vez contraído el matrimonio.

La persona que trae recuerdos quizás puede verse reflejada en una persona que dice mi mamá o mi papá lo hacían mejor, me parece que estaba mejor en casa de mis padres.

Aquellas que vienen de padres consentidores pretenderán que su esposo o su esposa actúe de la misma manera, consintiendo los caprichos que demande, transformándolo más en un esclavo de sus caprichos y concupiscencias que en su esposo o su esposa.

Las que vienen con traumas pueden actuar de una manera en que siempre estén a la defensiva, o bien atentando contra su propia pareja, produciendo un daño en ella que será el resultado del daño que le causaron en su crianza.

El Señor puede con esa mochila que hoy día cargamos, si es que todavía no se la hemos entregado a Él. No podemos pretender empezar una vida en matrimonio de manera saludable si todavía cargamos con cosas que sanar en nuestro corazón.

Cada uno de manera individual y es tarea de todos los días, no solo de este día debe entregarle sus cargas al Seño. Pedirle que lo ministre, sane y restaure para de esta manera amar como el Señor nos ama.

Si esto no lo han hecho antes de colocarse el anillo, es urgente que lo realicen ya, no se puede esperar más tiempo.

Este es el primer paso que debemos dar para tener un matrimonio saludable. El único que puede entrometerse en nuestra casa es Jesucristo, ya que el matrimonio es un pacto de a tres, esposo, esposa y Cristo.

EL CASO DE PABLO

Pablo era perseguidor de la Iglesia, encarcelaba a aquellos que predicaban y seguían a Jesús, arrastraba a hombres y mujeres y los entregaba en la cárcel. Las ropas de Esteban mientras estaba siendo apedreado hasta la muerte fueron puestas a los pies de él. Pidió a los sumos sacerdotes cartas para las sinagogas de Damasco con el fin de encarcelar a todo aquel que predicara de Jesús.

Un perseguidor de los cristianos terminó siendo una de las personas más influyentes del nuevo testamento, aquel que escribió cartas a las iglesias e hizo innumerables viajes misioneros.

¿Cómo sucedió esto? Muy sencillo, Pablo en su camino a Damasco se encontró con Jesús, su conversión luego de encontrarse con el Señor fue gráficamente un giro de 180 grados. Su vida que estaba dedicada a perseguir y encarcelar a aquellos que predicaban del Señor se transformó en una vida dedicada a ese Señor que una vez persiguió.

Pablo se sometió al señorío de Jesucristo y el resultado fueconocer la verdad, ser perdonado de las persecuciones, ser liberado y limpiados sus pecados y sus culpas, vivir para la honra del Señor siendo un árbol de buen fruto.

APLICACIÓN EN NUESTRA VIDA

El caso de Pablo es el fiel reflejo de como el Señor puede transformar a una persona, como Jesucristo puede cargar con nuestra vida, los pecados que hemos cometido y liberarnos a través de su sangre y su obra redentora en la cruz.

Podemos hacer referencia de la mujer adultera que según la ley debía ser apedreada hasta la muerte y Jesús intercedió por ella diciéndole ni yo te condeno ve y no peques más. Así hace el Señor con todo aquel que va a sus pies, lo limpia con su sangre, carga nuestras mochilas y le da una nueva vida. Hay muchos casos de conversiones en la palabra de Dios, todos los discípulos dejaron lo que estaban haciendo y le siguieron, el Señor transformó sus vidas y les dio una nueva. Así hace con nosotros, no hay pecado que la sangre de Cristo no pueda limpiar.

Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:7).

No hay carga que Él no pueda recibir, no hay persona que el rechace cuando va a Él.

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera (Juan 6:37).