Semana SantaMuestra

“Domingo de Ramos” Dios es experto en sorprender a los hombres, siempre acudiendo en el momento menos esperado pero más indicado, y de la forma más revolucionaria que puedes imaginar. A Dios no se le puede meter en una caja, por más que se intente. Jerusalén, la gran ciudad de David, había soñado durante generaciones con la triunfal entrada de su mesías. A pesar de que estaba escrito que acudiría sobre un asno, todos, en el fondo esperaban avistar a un Gran Héroe sobre un caballo majestuoso, ostentando poder, gloria y dominio con esa estampa. Pero Dios no necesita demostrar nada, a Él le pertenecen la gloria, el poder y el dominio. Dios constantemente se enfoca en mostrarse cercano a nuestra realidad y próximo a nuestro sufrimiento.. Jesús entró en Jerusalén sobre un burro, un animal de carga, un instrumento de trabajo conocido por la mayoría de habitantes de aquella ciudad. Posicionándose en un lugar accesible y relevante a todos. En nuestra vida es igual. Aunque leemos cientos de veces en la Biblia que Dios está cercano a nuestra realidad diaria, solemos distanciarlo de ésta pensando que son temas que no le incumben o le preocupan, reduciendo su presencia a reuniones eclesiales de domingo. En este comienzo de Semana Santa, quiero animarte a mirar a tu rutina, a tus instrumentos de trabajo diarios, a tu día a día, de Lunes a Domingo y que observes con atención con tus ojos de fe, porque te aseguro que lo que verás será ESPECTACULAR. Podrás ver como Jesús está en cada una de esas áreas. No necesitas música de fondo para sentirle, ni alguien predicando para escucharle… nuestro Rey entra triunfal a nuestra vida en nuestra rutina, y cuando le reconocemos, lo mejor que podemos hacer es poner a sus pies todo cuanto hay en nuestra mano. Para ellos fueron hojas de palmeras y mantos, para ti quizás es un horno, o una camilla, o un ordenador, o un coche… sea lo que sea lo que hay en tus manos, ríndelo a sus pies para abrirle paso al corazón de nuestra ciudad. Bienvenido a la Semana Santa, una semana llena del amor y de la pasión de Dios por los hombres y las mujeres.