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Te encuentras en un momento crucial de tu camino de fe, donde has decidido seguir a Jesús y rendir tu vida a Él. Es importante recordar que el seguimiento de Jesús no se trata simplemente de convertirte en una mejor persona o de obtener recompensas terrenales. Jesús no prometió eliminar todos tus problemas ni te ofreció el cielo como un premio por seguirlo.

Jesús te compara con ovejas en medio de lobos y te exhorta a ser prudente como serpientes y sencillo como palomas. Esta sabiduría y sencillez son características que debes cultivar al seguir a Jesús. Esto implica tomar decisiones sabias y actuar con prudencia, pero manteniendo un corazón sincero y libre de malicia.

No obstante, debes comprender que el camino de seguir a Jesús no está exento de dificultades. Jesús advirtió a Sus seguidores que serían perseguidos, traicionados por sus propios familiares y odiados por las naciones. Incluso podrían enfrentar juicios y ser encarcelados. Sin embargo, en medio de todas estas pruebas, Jesús te anima a no tener miedo.

No debes temer a aquellos que puedan dañar tu cuerpo, porque tu alma está a salvo en las manos de Dios. Tu Padre Celestial, quien conoce hasta el más mínimo detalle de tu vida, cuidará de ti. Jesús te recuerda que eres más valioso que los gorriones que Dios atiende con tanto cuidado. Por lo tanto, confía en que Dios suplirá todas tus necesidades y te dará las palabras adecuadas en momentos de dificultad.

Seguir a Jesús implica confiar plenamente en el amor y la protección de tu Padre Celestial. No se trata de hacer magia o buscar fórmulas mágicas para obtener beneficios. Jesús te llama a tener una fe que supere el miedo, una fe que te permita amar incluso a tus enemigos y vivir libre de preocupaciones por las necesidades diarias.

Este camino de fe no es fácil, pero Jesús te anima a perseverar hasta el final. Él te promete Su paz en medio de las pruebas y te asegura que ha vencido al mundo. Confía en que, siguiendo a Jesús, serás guiado/a a un lugar donde tu fe en Dios superará todos tus miedos. Es en ese lugar donde podrás levantarte cada mañana con la certeza de que Dios está contigo, enfrentando las circunstancias con valentía y confianza en su amor y cuidado.

Recuerda que la fe que supera el miedo honra a Dios y te libera para amar a otros. No te desanimes si no comprendes completamente este proceso de fe al inicio, incluso los discípulos de Jesús también enfrentaron dificultades para entenderlo. Permítete ser moldeado/a por Jesús a medida que avanzas en tu caminar con Él.

Reflexiona sobre estas preguntas:

• ¿Cómo puedo ser más sabio en mi caminar cristiano?
• ¿De qué manera puedo mantener un corazón inocente y libre de malicia?