7 Cosas Que Recordar Cuando La Vida Parece DifícilMuestra

3. Dios es tu paz en medio de la tormenta.

Un día subió Jesús con Sus discípulos a una barca para cruzar el mar de Galilea; y mientras navegaban el Maestro se durmió y se desató una gran tormenta, al grado que la barca comenzó a hundirse y todos corrían un gran peligro. Los discípulos fueron a despertarlo: "¡Maestro, Maestro! Nos vamos a ahogar" le gritaron, Jesús se levantó reprendió el viento y a las olas y la tormenta se apaciguó y todo quedó tranquilo (Lucas 8:22-25).

Cuando estamos en medio de las tormentas de la vida, es fácil pensar que Dios ha perdido el control y que estamos a merced de los vientos del destino. En realidad, Dios es siempre Soberano. Él controla la historia del mundo y Él cuida de nuestras vidas. Así como Jesús calmó las olas, puede también calmar cualquier tormenta que estés enfrentando.

Tal vez estás viviendo una situación donde no hay paz, y pareciera que estás en medio de una tormenta continua con vientos huracanados.

La peor tormenta física que he vivido fue el huracán Alex que azotó Monterrey en el año 2010. En tres días de precipitaciones constantes, llovió el equivalente a un año y medio. Atrás de la casa donde vivíamos pasaba un arroyo que siempre estaba seco, pero durante la tormenta se volvió un río con un caudal enorme, al grado que comenzó a pegar contra la barda de nuestro jardín. Llegó un momento en el que le dije a mi esposa, subámonos al segundo piso, llevemos agua, alimentos, las mascotas, y pidamos a Dios que la barda del jardín no sea tirada por el río. Bueno, a veces las tormentas de la vida son así. No sabes si podrás resistirlas.

Ahora bien, en la Biblia, en repetidas ocasiones se habla de paz, y se está refiriendo a la paz interior. No puedes controlar las tormentas que están a tu alrededor. Las enfermedades, la situación económica del país o mundial, el desempleo, la inflación etc. son tormentas que no puedes controlar, pero con la ayuda de Dios si puedes controlar tu reacción ante ellas. Así, las tormentas y el viento pueden rugir, pero tu corazón pueden estar en paz. Y, ¿qué es lo que trae esa paz? El saber que Dios tiene el control de todo.

Tu ciudadanía en el Reino de Cristo está asegurada, tu destino está determinado y puedes tener victoria sobre el pecado. Permite que la paz de Dios guarde tu corazón de toda ansiedad.

Jesús prometió a Sus discípulos darles paz, una paz sin igual y totalmente diferente a la que podían tener en este mundo y los invitó a que confiaran en Él (Juan 14:27).

Una de las manifestaciones de la obra del Espíritu Santo en tu vida es la paz (Gálatas 5:22). Esta es una paz profunda y duradera. A diferencia de la paz del mundo, cuya definición suele ser ausencia de conflicto, esta paz es una confiada seguridad en cualquier circunstancia; y con la paz de Cristo, no tienes por qué temer al presente ni al futuro. Si tu vida está cargada de tensión, permite que Dios te llene de la paz de Cristo.

Pablo escribe a los filipenses que no se preocupen por nada, sino que oren por todo presentando a Dios sus peticiones para que la paz de Dios cuide sus corazones y pensamientos (Filipenses 4:6-7).

Cuando estés en medio de una tormenta, pide a Dios Su paz, y Él habrá de dártela en abundancia.

Por cierto, si te quedaste con la curiosidad de si la barda de mi casa durante el huracán Alex resistió los embates del río, te comento que gracias a Dios sí los soportó.