Activa tu mente: VoluntadMuestra

La voluntad es el tercer elemento que activa la mente. Si hay voluntad, no hay nada imposible de alcanzar. Los grandes hombres de fe se han caracterizado por una fuerza de voluntad increíble que dice: “Lucharé hasta el final”.

Albert Einstein dijo: “Lo más poderoso en la Tierra no es la energía eléctrica ni tampoco la energía nuclear, sino la voluntad del hombre”. Viktor Frankl dijo: “Abandonar la voluntad del corazón equivale a abandonar la vida”.

Pero existe un secreto en la voluntad que pocos conocen, o mejor dicho, son pocos los que la practican. La voluntad es una fuerza que debe ser ejercida diariamente mediante la repetición. La repetición es el arte que produce el milagro.

Uno de los factores más adversos en el camino hacia el cumplimiento de los sueños de Dios es que nos parece que no sucede absolutamente nada, a pesar de nuestra fuerza de voluntad.

Piense en Noé. Noé era un hombre justo y honrado entre su gente, y siempre anduvo fielmente con Dios. Pero Dios, al ver la maldad de la humanidad, dijo: “He decidido acabar con toda la gente... constrúyete un arca” (Génesis 6:13-14).

Las circunstancias no indicaban la amenaza de un diluvio. No había ni siquiera una nube en los cielos. Sin embargo, Noé empezó a construir el arca, según las medidas que Dios le había enseñado. No sabemos cuánto tiempo tardó Noé en construir el arca, pero los teólogos aseguran que las medidas del arca eran semejantes a las de un estadio de fútbol.

Es decir, Noé precisó de un tiempo no corto. ¿Te imaginas que mientras Noé construía el arca, la gente lo venía a ver, diciendo: “Noé, ¿qué estas haciendo?”?

“Bueno, es que Dios me dijo que enviará un gran diluvio sobre toda la tierra, así que estoy construyendo un arca según las medidas que Dios me ha revelado”.

“¡Qué tontería! ¿Un diluvio? ¡Pero si ni siquiera llueve! ¡No ha llovido durante años!”

Mientras la burla seguía, Noé pudo haber pensado: “¿Será cierto lo que me dicen? ¡Pero si no sucede nada!”. Aun así, Noé sabía lo que iba a acontecerse, por lo que confió en Dios, y siguió avanzando.

El globo no explota hasta que llega al punto que no puede contener todo el aire que ha absorbido, mientras tanto, absorbe el aire, agranda su tamaño, pero no sucede nada a simple vista. El agua no hierve hasta que sube hasta los 100 grados centígrados. Esto quiere decir que no es necesario desanimarse a los 99 grados, simplemente por el hecho de que no suceda nada. ¡Porque algo está sucediendo en la esfera espiritual!