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¿En Quién Está Tu Identidad?

DÍA 4 DE 7

¿En quién está tu identidad?

¿Tu identidad se parece a Jesús? ¿Realmente lo estás mirando a Él, o estás mirando a alguien en quien Él se ha manifestado? Ojo, hay una línea muy delgada en esta pregunta. Porque si estás mirando al hombre y no a Jesús, puede pasar de pronto que la ambivalencia que hay entre la carne y el Espíritu, haga de las suyas en ese alguien y cuando salga a flote su imperfección te puedes defraudar y confundir, asumiendo que la vida cristiana es una decepción.

Alguien sin planearlo ni desearlo siquiera, puede terminar poniendo sus ojos en un hombre por la manifestación de Jesús en él. Sin embargo, tarde que temprano, la imperfección del hombre sale a flote y ese alguien simplemente termina defraudado, sintiéndose también defraudado de la vida cristiana. Suena absurdo decirlo, pero es lo que suele pasar cuando alguien no está cimentado en Jesús. Es triste decirlo, pero muchos que una vez iniciaron en el camino del cristianismo, terminaron alejándose porque sus ojos en realidad estaban en un hombre que los defraudó. Un hombre que en un momento dado los impresionó por su fluir espiritual, a quien vieron tan perfecto que se olvidaron de que fue un hombre salvo y cimentado en un proceso de perfeccionamiento por Dios mismo. A quien al salírsele en determinado momento su naturaleza caída, lo más normal en cualquier cristiano, fue objeto de decepción y justificación para que se alejaran del camino de vida y verdad. Absurdo, pero la realidad de muchos. Ahora, sabemos bien que en realidad estas personas nunca tuvieron un encuentro con Jesús, porque si en realidad sus ojos hubieran estado en Él, jamás se hubieran alejado. Vamos a identificar por qué puede suceder esto:

La falta de identidad es una puerta abierta a la dependencia, un riesgo latente para dejarte impresionar fácilmente por alguien que consideras está en un nivel más alto que tú. Esto fácilmente te puede llevar a esclavizarte al concepto o valor que ese alguien te da, a lo que pueda ofrecerte; convirtiéndose esto en una trampa que te lleva a agradar al hombre, haciendo del hombre tu estándar e ideal a alcanzar.

La dependencia te esclaviza a la necesidad de aprobación y de reconocimiento de ese alguien en quien has determinado poner tus ojos. A tal punto, que tu identidad empieza a tener un gran impacto por la personalidad y el carácter de esa persona, dejándote impactar fácilmente e inconscientemente asumiendo que es la identidad que debes imitar. Un riesgo latente, porque terminarás siendo alguien diferente a Cristo Jesús. En cualquier momento, terminarás en confusión y regresarás al inicio de la incertidumbre y la fragilidad de la falta de identidad y carácter en Él; a la soledad, la sensación de abandono, inutilidad, indignación y vulnerabilidad, a la misma condición de la que una vez te rescató.

La falta de identidad en Cristo Jesús, te lleva a desear el carácter del otro, los dones del otro, la gloria que Dios manifiesta en el otro, etc. Convirtiéndose ese otro en tu meta estándar, exaltándolo a un nivel de perfección que consideras no eres digno ni merecedor de alcanzar; cuando es Jesús, en quien debe estar puesta tu mirada, es Su carácter el que debes anhelar, son los dones que Dios te quiera entregar los que debes desear y es la gloria que Dios quiera manifestar en tu vida en la que te debes deleitar. Hoy podrías decirte a ti mismo: "Yo no quiero lo que Dios ha hecho en otro ni lo que le ha dado a otro; yo quiero lo que Dios quiere y necesita hacer en mí, quiero tener lo que Él quiere que tenga, para usarlo como Él quiera y para lo que Él quiera; porque son Sus planes y Sus propósitos, es Su gloria, es Su voluntad lo que me da plenitud”.

Podemos ver cómo la falta de identidad en Cristo Jesús, te lleva a ser lo que tú eras sin Él o lo que otro es; que vendría a ser como lo mismo, si tu identidad no está en Cristo Jesús, estás en grave peligro, estarás en riesgo de vivir una vida ajena, una fe ajena basada en milagros y manifestaciones ajenas. Eres hijo, no lo olvides; adoptado por Dios a través de Jesús, tienes acceso al Padre, en Su Hijo está tu identidad.

Día 3Día 5

Acerca de este Plan

¿En Quién Está Tu Identidad?

Con el nuevo nacimiento que nos dio el Espíritu de Dios, fuimos cimentados en la identidad de Jesús. Nuestro Padre quiere que vivamos y nos comportemos como dignos representantes de Su carácter; y la única forma de logra...

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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/confiadosenJesucristo

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