[Singularidad de Cristo] La relación única de JesúsMuestra

En público

A todos los que creen en Jesús para el perdón de los pecados y la vida eterna, se les ha dado una hermosa relación con el Padre y ahora pertenecen a la familia de Dios.

Sin embargo, no hay relación que se compare a la que existe entre Dios el Padre y Su Hijo Jesucristo. ¿Sabías que, si examinamos esta hermosa relación de cerca, encontraremos muchas aplicaciones para nuestro caminar cristiano personal y nuestras relaciones con los demás?

Dios el Padre y el Hijo expresaron pública y abiertamente Su amor y devoción recíprocos. En dos ocasiones (Mateo 3:16-17 y 17:5), Dios llamó a Jesús «su Hijo amado, en quien estaba complacido». ¡Imagínate lo que Jesús sintió cuando escuchó al Padre decir esas palabras!

En diversas ocasiones en el Nuevo Testamento, Jesús también llamó públicamente a Dios «Mi Padre» durante su vida en la Tierra. Cada vez que los profetas en la Biblia se referían a Dios, lo llamaban «el Señor» o «el Todopoderoso». Solo Jesús llama a Dios «Mi Padre».

Para algunos, esto puede ser una expresión de afecto, amor o cercanía. El Padre y el Hijo declararon abiertamente Su amor y devoción, y que se pertenecían el uno al otro. Jesús menciona que Él y el Padre son uno.

Cuando Dios el Padre dice que está complacido con Jesucristo, fue al comienzo del ministerio de Jesús. ¿Qué agradó tanto a Dios acerca de lo que Jesús había hecho y cuáles fueron Sus logros hasta este punto en Su vida?

Recuerda que Él aún no había sanado a las personas, ni había librado a nadie, ni las había perdonado. Sin embargo, Jesús había pasado 30 años de su vida siendo obediente. Él vino a la Tierra, aceptó nacer como un bebé, caminó en humildad, aprendió un oficio, se mantuvo obediente a Sus padres humanos y, lo más importante, obedeció al Padre en todo lo que hizo.

Jesús nunca se atribuyó el mérito de nada de lo que hizo. De hecho, Él siempre dio el honor a Su Padre. Sin embargo, podemos ver claramente que la humildad, la obediencia y la sumisión son esenciales para el Padre.

Eso es lo que vemos en Jesucristo, razón por la cual el Padre señaló públicamente que estaba complacido por Su Hijo.

Jesucristo debe ser nuestro modelo. Él nos mostró que la obediencia es posible y que nosotros también lo podemos hacer porque Jesús fue obediente y caminó en humildad toda Su vida terrenal.

Reflexiona sobre la hermosa relación que Cristo tiene con Su Padre. Piensa en cómo esto te afecta en tu relación con Jesús y en tu relación con los demás. ¿La identificación pública entre ellos te proporciona consuelo, paz y seguridad?