Pausa y escucha su voz- 21 días de ayunoMuestra

DÍA 6 – La Casa del Padre

La parábola del hijo pródigo estaría incompleta si únicamente recordamos la caída y restauración del hijo menor. En esta historia hay una más: la del hijo mayor; probablemente muchos nos identificaremos con él.

La Biblia cuenta, en Lucas 15, que el hijo mayor regresaba de trabajar del campo de su Padre. Estando afuera de la casa, escuchó música y danzas, rápidamente preguntó a sus criados qué es lo que estaba pasando. Al enterarse de que se estaba celebrando el regreso de su hermano menor, se enojó con su Padre y reclamó que él siempre fue fiel, pero que nunca recibió algo de parte de él.

¿Reconoces la actitud del hermano mayor? Es un reflejo de aquellas personas que gozan de todos los beneficios del Padre, de ser hijos. Pero que permiten que su corazón se nuble y llene de resentimiento al ver que otros, ­no mereciéndolo, reciben bendiciones del Padre. Reconocemos que la reacción del hijo mayor no es correcta, porque permite que el mal ingrese a su corazón. Entonces, la pregunta de reflexión es: ¿Gozamos de los beneficios de ser hijo de Dios? ¿Celebramos con él la restauración de quienes estaban muertos, pero que ahora viven? Tanto el que regresa como el que está en la casa del Padre, ambos gozan de su paternidad.

Guía a la oración: Amado Padre, quiero expresarte el agradecimiento que tengo hacia ti. Enséñame cada día a valorar tu paternidad, a no olvidar que a pesar de mis fracasos tú me tomas como hijo. Pon en mí un corazón de gratitud… (continúa la oración)