Obra MaestraMuestra

No hay espacio para otra cosa que no sea disfrutar de Su gracia. No hay oportunidad para la esclavitud del pecado sino para la libertad con que Cristo me hizo y te hizo LIBRE. Ahora oro, ayuno, leo la Biblia y me congrego no con la intención de pagar un precio. Él pago por mí y lo que hago, es por amor porque Cristo me amó primero. Muchos, hoy viven derrotados, frustrados, cansados y afligidos porque le han presentado opiniones y no la verdad de Cristo. Por lo tanto, no es un motivo de escándalo el ver a muchos hacer las cosas por satisfacer las opiniones que otros le demandan y vivir vacíos y esclavos por el pecado. El texto que consideramos a principio de este plan que se encuentra en la Carta de Pablo a los Efesios 2:10 dice claramente lo que somos para Dios en Cristo:

” Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás".

Somos la OBRA DE DIOS. Para tener un claro entendimiento de esto consideremos la música como ejemplo. Cuando una orquesta está interpretando una pieza musical y el director le emite la señal de que dicha pieza a llegado a su final, es porque el director sabe que todo lo que había en la partitura había sido concretado. Cuando Jesús llegó a la tierra el hombre era una partitura llena de tachones e imperfecciones. Pero, Él tomó nuestro lugar y comenzó a interpretar la pieza más hermosa y maravillosa de amor que jamás alguien pudiera interpretar para la humanidad. Cada nota estaba siendo escrita con sangre la cual borró para siempre los tachones. Cuando resucitó triunfante sobre la muerte y el pecado el director musical (Dios) escuchó y dijo: esto es una obra maestra. Hoy después de más de dos mil años, la perfección de lo que se hizo en la cruz, nadie ni nada puede superarlo jamás. Esta canción de amor es perfecta, no tiene tachones, ni errores. Cuando Dios nos ve, solo encuentra una obra culminada. Seca tus lágrimas y deja de vivir en la esclavitud de la opinión, de esfuerzo religioso y del pecado. Alguien pagó un gran precio por tu libertad. Esto no se trata de las cosas buenas que hacemos sino de lo que hizo Cristo. Por lo tanto, lo que hizo Cristo en nosotros nos conduce a las buenas obras que de antemano habían sido diseñadas para que caminásemos.